A veces podría parecernos que nuestra América Latina está tan aislada
del resto del mundo y que los problemas que
debemos enfrentar los pueblos latinoamericanos son tan particulares y endémicos
de nuestra región, llámense corrupción, delincuencia organizada, narcotráfico y
reiterados y descarados fraudes electorales; percibimos que nuestra ideología
como pueblos, nuestro sentir y cosmovisión son afectados de una manera muy
peculiar por el sincretismo y mestizaje de dos culturas tan disímiles que
chocaron durante la invasión colonial del final del siglo XV y principios del
siglo XVI. Parecemos vivir al margen y tan distantes de lo que acontece en el
resto del mundo y que los únicos vestigios que nos comunican con el resto del
planeta son las adversidades y despojos que brotan del otro lado del orbe;
crisis económicas, aparato mercantilista y neoliberal, sobre-demanda de droga,
híper-oferta de armas y mejor le paramos de contar.
Sin embargo, me atrevo a señalar señor lector,
que sólo es cuestión de percepciones; si bien es evidente que no es la misma
pobreza la nuestra que la que pudiéramos encontrar en las naciones
primermundistas, los pueblos de todos las naciones del mundo enfrentan —más o
menos— los mismos problemas; para muestra un botón, tenemos el caso de las
elecciones presidenciales en Rusia; pero permítame antes de adentrarme por
completo en el quid del asunto,
establecer ciertos parámetros que nos darán un mejor panorama de la magnitud de
la cuestión. Estamos hablando de Rusia, un país que históricamente nos ha
heredado el pensamiento marxista, socialista y revolucionario, que a lo largo
de décadas sostuvo cruenta lucha en la guerra fría contra el gobierno gringo, una
nación y un pueblo que siempre se enfrentó, en afán a veces iconoclasta y en
otras ocasiones con plena justificación y conocimiento de causa, al avasallador
apetito capitalista del imperio norteamericano de los E.E.U.U.
Después de la caída de la Unión Soviética y la
reinserción del capitalismo en las tierras siberianas, la modificación de su
ideario político se ha ido “suavizando” paulatinamente hasta el punto de ser la
misma Rusia, esa que fuera la otrora “eterna” antagonista del estado
norteamericano; la que se ha ido alineado —y ¿por qué no?, alienando— a los intereses neoliberales de esos pocos
que se han ido adueñando del mundo y que no lo quieren soltar. Hay que prestar
mucha atención a la posición que sostiene Rusia en el mundo hoy por hoy, hace
unos cuarenta años existía una feroz contienda entre dos naciones que
ostentaban cada una por su parte dos sistemas de producción contrapuestos,
ambas con poderío militar nada desdeñable, y que se disputaban el control del
mundo; no fue gratuita la carrera espacial, el estrepitoso impulso al
desarrollo de las tecnologías atómicas en todos los campos pero particularmente
con enfoque belicista, en cada disciplina del conocimiento existía una batalla
frontal y harto meticulosa; ahora, a la distancia sabemos que el régimen
soviético colapsó más por fallas estructurales internas que por los arietazos
de fuera, el mundo a partir de entonces quedó a merced de la facción
capitalista y voraz y de aquella Rusia que aunque en términos políticos y en
discursos protocolarios se pronuncia a menudo en contra de maquinaria “yanqui” claramente no está en posición
de enfrentar frontalmente a los Estados Unidos como en aquellos tiempos, en
realidad actualmente no hay nadie que se oponga, a no ser China con los visos
que comienza a dar de su poderío.
El pasado 04 de marzo de 2012 se celebraron en
aquella nación comicios electorales a fin de reemplazar al Primer Ministro, uno
de los candidatos a la presidencia era Vladimir Putin, quien había ostentado el
cargo de Primer Ministro de la Federación Rusa durante dos periodos contiguos,
es decir durante cuatro años seguidos; Putin, quien en sus años mozos fungiera
como efectivo de la KGB, “ganó” la contienda electoral perseguido por el
fantasma de la corrupción y el fraude; apenas dos días después el entonces
virtual ganador admitió el fraude y las irregularidades pero desechó que todas
aquellas pruebas pudieran modificar o revertir la tendencia que le favorecía,
algo que inevitablemente me remitió al “haiga sido como haiga sido” del infame
Felipe Calderón. Tan pronto se anunciaron los resultados electorales, Putin
convocó de manera sorpresiva a sus seguidores a volcarse a las calles y manifestarse
y celebrar su triunfo, siendo los puntos de reunión precisamente aquellos que
los opositores habían concertado y seleccionado para manifestarse por el fraude
electoral que ya se veía venir, con ello Putin diezmó el eco que las protestas
post electorales pudieran hacer en el resto de la sociedad rusa y de la
comunidad internacional. Pero son tantas las coincidencias que existen entre
las elecciones rusas y las mexicanas que me voy a permitir hacerle un listado
de aquello que considero más interesante para que vea usted que en todos lados
se cuecen habas:
·
Existen
pruebas documentales de compra de voto en las elecciones rusas, se pagaron
hasta 52 euros por votar cuatro veces por Vladimir Putin, en México, como usted
ya lo sabe, se pagaron hasta $1, 500.00 pesos por votar por Enrique Peña.
·
Durante los
regímenes previos de Vladimir Putin, se hicieron las gestiones para tomar
posesión de las televisoras más populares de Rusia y entregarlas a instancias
del gobierno o a empresas cercanas a Vladimir Putin a fin de promover la
propaganda oficial, durante las elecciones Putin se vio tremendamente favorecido
por la cobertura hecha por ORT el principal canal de televisión rusa que
pertenece a Borís Berezovski, multimillonario que se ha visto asociado en
innumerables ocasiones con la figura de Putin, además de otra cadena llamada TV6
y los periódicos Kommersant, Izvestia y Nezavísimaya Gazeta habían emprendido
sendos ataques en detrimento de los otros candidatos, adversarios a Putin. En
México, como ya lo sabe, Enrique Peña Nieto fue tremendamente favorecido por la
cobertura mediática proporcionada por otro multimillonario, Emilio Azcárraga;
quién a través de su televisora Televisa, otra cadena televisora llamada TV
Azteca y periódicos como Milenio, La Prensa, y El Universal dieron la victoria
a Peña hasta con un mes de anticipación de las elecciones y desprestigiaron a
sus contendientes, en especial al candidato de las izquierdas.
·
Vladimir
Putin “ha sido criticado por las violaciones de Derechos Humanos en Rusia, las
reformas políticas que significaron un retroceso en las conquistas democráticas
rusas {…}” ha sido un personaje que ha tenido sus mandatos manchados en sangre
por acontecimientos como “el hundimiento del submarino Kursk, la tragedia en el
Teatro Dubrovka, la masacre de la escuela de Beslán, el asesinato de la periodista
Ana Politkóvskaya” además de que se le acusa de utilizar el sistema judicial
ruso para perpetrar vendettas personales en contra de sus adversarios y
personajes incómodos. Del mismo modo Enrique Peña ha sido señalado por
instancias nacionales e internacionales por sus violaciones a los derechos
humanos, además de que su partido ha sido el principal promotor de reformas que
han trastocado los logros sociales de los mexicanos y abren a la iniciativa
privada los recursos propiedad de la nación, del igual forma, Peña ha sido un
personaje manchado en sangre por tragedias tales como la represión de San
Salvador Atenco, el caso Paulete, la misteriosa muerte de su esposa Mónica
Pretellini, y la ola sangrienta de inseguridad, secuestros, desapariciones
forzadas que dejó durante su gestión.
·
Vladimir
Putin aceptó la existencia de irregularidades tras el proceso del que resultó
ganador y desestimó que pudieran dar un giro a las preferencias. El PRI a
través de su representante, el señor Codwell, después de negar en primera
instancia todas las irregularidades de las que se han presentado pruebas ante
el TFPJF han terminado por aceptarlas y han asegurado que no representan la
tendencia popular.
·
En Rusia se
presentaron manifestaciones multitudinarias después de la jornada electoral con
el fin de denunciar el fraude y exigir la limpieza del proceso comicial. En
México se presentaron manifestaciones sin precedentes para denunciar y exigir
más o menos lo mismo.
La proliferación del descontento social se percibió
en las redes sociales y en los medios alternativos de comunicación, surgieron
de manera viral colectivos que empleaban las nuevas tecnologías de la
información para difundir sus planes, reclutar simpatizantes y publicar todo
tipo de contenidos que además de demostrar el sentir de muchísimas personas,
permitió remontar las fronteras y replicar la información hasta los lugares más
recónditos del planeta, muy a la usanza de la estrategia implementada por los
países que vivieron la “primavera árabe”. La toma de protesta de Vladimir Putin
se llevó a cabo en medio de un fortísimo cerco de seguridad y también
comunicativo cuya intención era “legitimar la voluntad del pueblo”, un pueblo
que curiosamente salía a las calles a gritar “¡Fuera Putin!”, “¡No al fraude
electoral!”. ¿Le suena familiar? Otros hechos que no podemos pasar en alto son
los siguientes: Vladimir Putin ganó con un 65.41% de los votos, su contendiente
más próximo computó 17.18%, es evidente que existe una clara ventaja que no es
nada comparable con las brechas que han existido en las dos últimas elecciones
mexicanas, sin embargo existió un abstencionismo de cerca del 35 por ciento, que
sumado a todos los votos que no fueron para Putin, y sin contar los votos nulos
registrarían un 69.83%; lo que nos da una clara idea de que a veces los ejercicios
electorales no representan fehacientemente la voluntad de los pueblos, en fin
así son las “trampas” de la democracia.
Las democracias de la actualidad, lejos de servir
al pueblo han sido secuestradas por grupos políticos que las usan para su
beneficio personal, toman los recursos de una nación y los venden y prostituyen
como si fueran de su propiedad, cada día los políticos son más cínicos,
muestran con mayor desfachatez sus verdaderas intenciones, son más corruptos y
más faltos de escrúpulos, sin embargo el mundo vive una era de cambios de la
que México no se puede desentender, tal vez para muchos las comparaciones
hechas aquí entre los dos ejercicios electorales no sean totalmente
correspondientes por darse en realidades y marcos sociales muy distintos, sin
embargo la secuencia de hechos son bastante coincidentes, de tal suerte que
tenemos que traerlas a colación para mantenernos muy al pendiente de los
eventos que surgirán en los próximos años, no hay que ser sociólogo ni
antropólogo para percatarse de que el descontento social y las manifestaciones
populares están en escalada; y que un movimiento importante que pugna por los
derechos humanos se está gestando en diversos sitios del mundo, por la equidad
y sobre todo por la justicia.
En días pasados el colectivo femenino y
agrupación punk-rock, Pussy Riot protagonizó una peculiar protesta al
escabullirse en una Iglesia Rusa y cantar lo que llamaron “Oración por Putin”
en clara protesta por lo que es su tercera reelección presidencial y por los
clamores de los simpatizantes políticos y empresariales de Putin que pugnan por
nombrarlo Primer Ministro vitalicio de la Federación Rusa. Las protestas
postelectorales han colmado las calles desde hace casi cinco meses, la mayoría
de las cuales han sido dispersadas con lujo de violencia, en este marco Pussy
Riot convocó y comandó las protestas más radicales que culminaron con los
arrestos de tres de las integrantes del grupo que recibieron una condena
exagerada de dos años de prisión bajo los cargos de vandalismo y odio religioso
tras haber cantado en la catedral de Moscú en protesta por el apoyo que la
Iglesia Ortodoxa Rusa le ha brindado al ahora Primer Ministro ruso. A esta
detención se han sumado muchas otras de ciudadanos comunes y de muchas
personalidades populares de Rusia como el ex campeón mundial de ajedrez Garry
Kasparov al pronunciarse a favor de las chicas de Pussy Riot y en contra del
presidente Putin.
Pero ¿Por qué considero tan importante hacer este
abordaje a las elecciones rusas? Sencillamente, querido lector, considero que
tanto usted como yo deberíamos tener un panorama político más amplio que no se
limite a lo que sucede en nuestro país, y de esta forma nos permitamos analizar
los hechos vinculados con la política y los pueblos de todas las regiones del
mundo; porque ello nos permitirá estar preparados ante los embates de los
poderosos, predecir sus movimientos, replicar las industrias populares de
aquellos lugares que con éxito han logrado arrancarle el poder a los de arriba,
y mantenernos prevenidos de aquellas manifestaciones que han fracasado en su
intento. Los poderosos son muy pocos y sus estrategias son siempre las mismas,
si tenemos una concepción y una cultura política a nivel global estaremos mejor
preparados para hacer frente a cualquier imposición, venga de de donde venga.
Ptolomeo.



CLAP CLAP CLAP
ResponderEliminarExcelente artículo.
Gracias y felicidades.