Recientemente el rey Espurio II ha dado a conocer los nombres y las caras de los integrantes de su gabinete de transición. Tráfico de influencias y posturas acomodaticias poco novedosas se han asomado en la corte y camarilla del arremedo de monarca. No tardarán en aparecer, apenas sea coronado el nuevo dictador y embestido de la banda tricolor por mano de Espurio I, otras caras y sonrisas sardónicas menos novedosas aún y de más cínica trayectoria; algo para Bety Paredes, otro tanto para la Maestra de la estirada, algún huesecillo al arremedo de Patiño que la candidata única bautizó Cuadro; seguramente no habrá de faltar una secretaría o jefatura para la futura ex primera dama de nombre de flor del campo y, en fin, no sería de extrañar que hasta algún hijo del Chupacabras mayor obtuviera tajada del pastel.
Lo interesante, por ahora, es el discurso de concordia de nuestro flamante e impuesto rey de la impunidad. Hace poco me decía una amigo: “el que esté libre de pecado que tire la primera piedra”, yo la tiro, pensé, porque aunque de pecado no soy libre, como no lo es por naturaleza el ser humano, no pueden llamarme asesina ni narcotraficante, ni mucho menos traficante de influencias. Los asesinos en todo caso deberían ir a la cárcel, no a Los Pinos. Este gobierno ilegítimo para el pueblo, legitimo sólo para las altas esferas de macilento poder, lleno de sangre, que arriba y se impone desde la sangre de las más de 80,000 almas que no la vieron venir, auspiciado, pues, por el mismísimo narco, por el nuevo jefe de jefes; se ciñe su corona con cráneos humanos, se inviste con el miedo y el odio del pueblo, va derecho a salirse con la suya desde la mierda más mierda del político estrato.
Concordante será con meter velocidad a las reformas. Como coherente y concorde ha sido desde el inicio, y lo sigue siendo, nuestro rey en retirada Espurio FeCal I. Resentido con la patria porque seguramente no ha podido superar los rechazos varios en su juventud por parte de la Universidad, pero, ¿qué quería, si desde aquél entonces que era más fácil ingresar, nunca dio el ancho? Resentido en su mediocridad y su alcoholismo, vengativo. Presumía de manos limpias y se las lleva lavadas y re lavadas en sangre.
Viene ahora un nuevo pariente del diablo, que ni tanto, por mucho será siervo y nada más. Uno más ignorante que el Zorro de las botas y el paradisiaco ranchito, más arrojado también en ponerle en la madre a la gente, como quien dice, ya trae las manitas lavaditas del corpóreo líquido, ya pasó por el fuego raso del tundimiento de Atenco; y sin caretas de ningún tipo, declarado en todo un asesino, un golpeador de mujeres, un irresponsable, un iletrado y tirano, viene a continuar el reinado del primero; uno de terror, de desempleo, de hambre, de muerte, de autoritarismo, de cerrazón.
México triste y querido, México endeble y querido, México balaceado y querido, México del descabezado nuestro de cada día, México bendito y muerto-de-hambre, México de nuestros dolores. ¿Qué será de ti, México? ¿Qué será de tus hijos?
DesConsuelo.

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