jueves, 13 de septiembre de 2012

Negocio redondo


Se ha anunciado recientemente el contenido majestuoso del paquete de retiro de Felipe Calderón Hinojosa. Éste consistirá básicamente en:
·         Más o menos 215 mil pesos mensuales de aquí hasta el bendito día de su muerte.
·         45 elementos del ejército y 22 de la marina por aquello de su seguridad y la de su familia.
·         Aguinaldo anual de 43 mil pesos para el pavo y los regalos navideños.
·         Seguro de vida por ocho millones de pesos.
·         Seguro de gastos médicos para él y su familia hasta por 390 mil 600 pesos.
·         23 empleados administrativos.
Detallitos para los que se tienen previstos nada menos que 209 millones de pesos.
Sin duda, el cargo de Presidente de los Estados Unidos Mexicanos sí que es negocio redondo. Tanto que muchos mandatarios y ex mandatarios del primer mundo no gozan tan buenas prestaciones como los nuestros. Aunado a la dadivosa e inmoderada merced con que el erario público premia la “diestra desenvoltura” del que se va; aquél, nada penoso, no duda en ir a gastar a otro país la sangría que “legalmente” le corresponde, muy a su provecho y en nuestro perjuicio.
Quien pretende dedicarse al ámbito académico, irá a adiestrar a los texanos seguramente en materia de asesinatos estúpidos y a mansalva. Mucho tendrá que aportar al país del norte, aparte de lo ya otorgado, y mucho sin duda habrá de auto elogiarse en su futuras asignaturas universitarias. Imagino posibles nombres para sus cátedras, algo como: Aigacracia para principiantes I y II, Derecho nulo o Secuestro nacional, Fingimiento de la sobriedad para eventos oficiales, Manipulación de masas para avanzados, entre otras.    
No tuvo empacho el aún en funciones, en declarar públicamente que —por qué no—, tiene derecho a su pensioncita, la aceptará de buen grado y gusto. Se siente merecer lo que “con tanto sudor y malos ratos ha ganado”, se siente, en fin, muy digno servidor de la patria. Unos cuantos millones de pobres no le quitan el sueño ni le pesan en la conciencia, unos miles de muertos no hacen mella en su orgullo de sonrisa cruenta, no le dan pesadumbre los desempleados ni los mal empleados y mal pagados; menos aún las familias de los jóvenes que, en cumplimiento del deber, dejaron las vidas en las balaceras, o peor aún, pasaban por allí y quedaron tendidos en el pavimento, siendo después, muertos y todo, manchados con la sospecha de una posible relación con los criminales.
Y, nada mal para la catástrofe que deja, todavía se hace el héroe y manda a pintase por intercesión de la SEDENA, un muralito para la posteridad. No es de extrañar, por supuesto, tomando en cuenta que en América Latina los asesinos y dictadores, criminales y espurios, suelen tener el ego del tamaño de su estupidez. Hay que ver su sonrisita de idiota dando el informe de gobierno, diciéndose satisfecho por todos sus logros en materia de seguridad, educativa, económica, etc. Nos deja jodidos, ignorantes, sin trabajo, sin esperanzas, con unos miles de descabezados regados por todo México, pero nos deja contento y satisfecho. Y contentos y satisfechos estamos, de por fin que se largue.
¡No olvidamos a nuestros muertos, espurio Calderón! No olvidamos que te metiste a recibir, a robar tu cargo, por la puerta de atrás y que te vas como llegaste, como las ratas. Muchos de los que nos quedamos, tenlo por cierto, no descansaremos un solo día de nuestras vidas, no cesaremos nuestros esfuerzos, no claudicaremos, hasta ver que se les hace justicia a los cuerpos de los jóvenes caídos. Trabajaremos con ahínco y compromiso por amor a nuestra tierra, ése que nunca tuviste tú, y en nuestra lucha, espero que Dios nos permita verte caer y tras las rejas. No olvidamos, Calderón, hemos aprendido a no olvidar…   
Des Consuelo.  

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