No
logro comprender ¿cómo es posible que en el video del Grito de Independencia de
este año, subido en You Tube con la etiqueta “Lo que realmente sucedió en el
Grito de Independencia. #BoicotaCalderon #LuzporlaDemocracia”?, aparezcan tantos
mensajes de reclamo por la supuesta falta de respeto a los símbolos patrios. Sé
muy bien que existe un grupo a sueldo que se dedica a teclear consignas que
tratan de neutralizar las voces críticas de una sociedad cada vez más cansada.
Pero aun siendo consciente de esto, no comprendo cómo es posible que una
persona pueda trabajar en algo tan denigrante como es esto. Por otro lado se
que habrá, aunque no tantos, quienes “realmente” piensan que los diferentes
movimientos sociales están formados por gente revoltosa que no tiene nada que
hacer, que no trabaja y que además es acarreada.
Una
y otra vez veo repetida las frases: “que falta de respeto a nuestros símbolos
patrios”, “Pónganse a trabajar pinches huevones”, etc. La que se refiere al
trabajo, que supuestamente no tenemos, carece de todo sentido ante mis ojos
porque todas las personas que conozco que participan en este tipo de
movimientos vive robándole tiempo a otras actividades para externar su
desacuerdo con las políticas de gobierno que considera erróneas e insultantes. Son
personas que a lo largo del día trabajan sin parar y aun así se dan tiempo para
luchar por algo en lo que creen; lo cual resulta por demás contrastante con
quienes sí reciben un sueldo por externa ideas que no son suyas (Peñabots).
La otra frase, sin embargo es la que más atrae
mi atención. Se llama a respetar los símbolos patrios, pero no se llama a
respetar a la patria. Lo importante para ellos parece ser: la bandera, una
fecha, un himno, etc., pero desprovistos de alma, arrancándoles todo contenido histórico y social. Visto
desde esta perspectiva el cura Hidalgo se reduce a una estampita, a una estatua
marmórea y fría que no nos dice nada. Se vuelve solo un pretexto para tronar
cohetes, ponerse un sombrerote y emborracharse. El hombre entrañable y
admirable que hablaba: español, latín, italiano, francés, tarasco, náhuatl y
otomí. El loco, en el mejor sentido de la palabra, que se atreve a creer que
las cosas se pueden cambiar y actúa en consecuencia, queda sepultado bajo el
polvo de una historia olvidada en el mejor de los casos y no conocida en el
peor.
Pienso
que la mejor manera de respetar nuestros símbolos patrios es volver a llenarlos de contenido
conociendo nuestra historia, pero sobre todo entendiendo que el valor real de
ella depende de entender a nuestro país no como a un concepto lejano sino como
un ente vivo del cual nosotros formamos parte. Tenemos, por lo tanto, la tarea
de buscar una mejor patria digna y justa para todos. Yo no puedo decirles en
donde estaría el cura Hidalgo si viviera en esta época, pero sí puedo
asegurarles que no estaría del lado de las personas que en este momento tienen
el gobierno en nuestro país.
Funes.
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