domingo, 23 de septiembre de 2012

Símbolos


No logro comprender ¿cómo es posible que en el video del Grito de Independencia de este año, subido en You Tube con la etiqueta “Lo que realmente sucedió en el Grito de Independencia. #BoicotaCalderon #LuzporlaDemocracia”?, aparezcan tantos mensajes de reclamo por la supuesta falta de respeto a los símbolos patrios. Sé muy bien que existe un grupo a sueldo que se dedica a teclear consignas que tratan de neutralizar las voces críticas de una sociedad cada vez más cansada. Pero aun siendo consciente de esto, no comprendo cómo es posible que una persona pueda trabajar en algo tan denigrante como es esto. Por otro lado se que habrá, aunque no tantos, quienes “realmente” piensan que los diferentes movimientos sociales están formados por gente revoltosa que no tiene nada que hacer, que no trabaja y que además es acarreada.
Una y otra vez veo repetida las frases: “que falta de respeto a nuestros símbolos patrios”, “Pónganse a trabajar pinches huevones”, etc. La que se refiere al trabajo, que supuestamente no tenemos, carece de todo sentido ante mis ojos porque todas las personas que conozco que participan en este tipo de movimientos vive robándole tiempo a otras actividades para externar su desacuerdo con las políticas de gobierno que considera erróneas e insultantes. Son personas que a lo largo del día trabajan sin parar y aun así se dan tiempo para luchar por algo en lo que creen; lo cual resulta por demás contrastante con quienes sí reciben un sueldo por externa ideas que no son suyas (Peñabots).
 La otra frase, sin embargo es la que más atrae mi atención. Se llama a respetar los símbolos patrios, pero no se llama a respetar a la patria. Lo importante para ellos parece ser: la bandera, una fecha, un himno, etc., pero desprovistos de alma, arrancándoles  todo contenido histórico y social. Visto desde esta perspectiva el cura Hidalgo se reduce a una estampita, a una estatua marmórea y fría que no nos dice nada. Se vuelve solo un pretexto para tronar cohetes, ponerse un sombrerote y emborracharse. El hombre entrañable y admirable que hablaba: español, latín, italiano, francés, tarasco, náhuatl y otomí. El loco, en el mejor sentido de la palabra, que se atreve a creer que las cosas se pueden cambiar y actúa en consecuencia, queda sepultado bajo el polvo de una historia olvidada en el mejor de los casos y no conocida en el peor.
Pienso que la mejor manera de respetar nuestros símbolos  patrios es volver a llenarlos de contenido conociendo nuestra historia, pero sobre todo entendiendo que el valor real de ella depende de entender a nuestro país no como a un concepto lejano sino como un ente vivo del cual nosotros formamos parte. Tenemos, por lo tanto, la tarea de buscar una mejor patria digna y justa para todos. Yo no puedo decirles en donde estaría el cura Hidalgo si viviera en esta época, pero sí puedo asegurarles que no estaría del lado de las personas que en este momento tienen el gobierno en nuestro país.

Funes.

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