Una golondrina no hace verano

“Una golondrina no hace verano”, reza muy bien un viejo dicho, y viene a cuento,  a propósito de la reciente incorporación de Antonio Attolini, ex vocero de #Yosoy132, a las filas de Televisa. El suceso ha sido un escándalo para propios y extraños. Para extraños, porque desvirtúa a sus ojos el movimiento; para miembros del grupo estudiantil, porque se dan cuenta del daño que hace este individuo a la causa que enarbola el 132. Para efectos de evitar confusiones, ha declarado la facción del ITAM a que perteneció el joven Attolini, que este joven NO ES EL MOVIMIENTO, y que incluso, llevaba ya un rato de ni siquiera asistir a las asambleas.

Luego de que la televisora, ni tarda ni perezosa, le llegara al precio al ex vocero, me pongo a pensar muy seriamente si el sistema, en efecto, tendrá capacidad para comprar o amedrentar a miles de personas que levantan su voz, esto último en relación no solo al joven del ITAM, sino al mismo 5anto que, como sabemos, reapareció para decir “adiós”. Si se mira bien estos casos, para efectos prácticos se parecen mucho; no es que Ruy 5algado tenga nada que ver con el estudiante, es solo que ambos fueron sacados de la jugada por medios distintos. A Attolini lo compraron con la guajira ilusión de la “fama” en un canal que la televisora usa de relleno y, dado que el 5anto no tenía precio, pues terminaron amedrentándolo sepa Dios con qué clase de tortura física y/o sicológica.

Afortunadamente, repetimos: “Una golondrina no hace verano”. Lo afirmo para ambos casos. Muchos periodistas serios y comprometidos han seguido trabajando al pie del cañón, y lo seguirán haciendo y, hasta es probalble, que el mismo Ruy se reincorpore en el futuro a lo que por el momento deja, que es la información fidedigna.  Luego, de los miles de estudiantes que componen el movimiento #Yosoy132, el tal Attolini no representa ni una pequeña fracción.

Veía en redes sociales una fotografía de Diego Fernandez de Cevallos allá en sus mocedades como parte del movimiento estudiantil de 1968 e inmediatamente la imagen de Attolini, y rezaba más o menos el cartón: “La historia se repite”.  Como he dicho: “Una golondrina no hace verano”. Los traidores existen siempre en todo movimiento y en todo acontecer; Fernandez de Cevallos no era el 68, ni él ni los que terminaron vendiéndose como él; el movimiento fue y seguirá siendo mucho más. No debe desanimarnos por ningún motivo que algunos compañeros de lucha terminen abandonando la causa. Toda lucha verdadera, todo gran ideal cuesta mucho, y solo los hombres y mujeres, íntegros, fuertes, grandes, serán capaces de continuar adelante pese a todo.  

Attolini es apenas un pobre hombre, desarraigado, confundido, acaso oportunista, que en la realidad ni tenía la fuerza, ni estaba tan comprometido; hubiera desertado de todas formas. Qué vergonzoso para él que haya sido públicamente. Se pone la mirada sobre el “traidor” porque la capacidad visual no alcanza a cubrir a los hombres y mujeres coherentes, a los que luchan incansablemente sin un reflector encima; ello habla de lo numerosos que son, y habla de un pueblo que está harto del yugo, que sigue y seguirá a pesar de todos los Cevallos y los Attolinis que se le atraviesen, y a pesar, incluso, de todos los valientes, como el 5anto, que sean amedrentados y acallados por la fuerza de la violencia.

Viéndolo bien, son tan grandes nuestra lucha y nuestra causa que no nos sirven las personas así. Los débiles de espíritu hacen daño en la medida en que desaniman a otros, corrompen la integridad y la misma organización interna de los movimientos, terminan delatando compañeros y prostituyendo la causa. Qué bueno que estas personas siempre se van por su propia cuenta, qué bueno que hay quienes las quitan de encima, quienes las ponen en evidencia y sacan a la luz su verdadera naturaleza.

Des Consuelo.