El día de ayer, nuevamente los diputados del PRI, PAN, PVEM, y PANAL cerraron filas y aprobaron en lo general la propuesta presidencial de Reforma Laboral. Debemos recordar que en días pasados, fueron los mismos senadores panistas quienes buscaron una alianza con sus similares de los partidos progresistas (léase PRD, PT, MC y senadores independientes) en lo que dijeron, era la defensa de la “democracia sindical”; es decir, que los trabajadores pudieran elegir a través de un voto universal, directo, secreto y libre a quienes serían sus representantes gremiales. Esto desató mucha incomodidad en diversas cúpulas sindicales que se mantienen secuestradas por dirigentes charros y corruptos, y que por lo regular son aquellos sindicatos gobiernistas: La CTM, El SITATyR, El STPRM, El SNTE y otros.
Cabe enfatizar que los dirigentes de todos esos sindicatos han protagonizado, no en pocas ocasiones, polémicos escándalos por malversación de fondos, corrupción, nexos con grupos delictivos, abusos de poder, y un sinnúmero de irregularidades que lastran a los trabajadores de dichos gremios; del mismo modo es innegable que todos estos líderes han demostrado lealtad y pleitesía a los presidentes en turno, sin importar si son del PRI o del PAN; así con este pago de favores mutuos, los sindicatos pueden gozar de toda la impunidad del mundo al sangrar a los trabajadores de su respectivo gremio.
Pareciera que el PAN trataba de lavarse las manos al impedir en la cámara alta la aprobación completa de la reforma, sobre todo en los apartados de transparencia y democracia sindical, parecía que al PAN ya no le urgía tanto legitimar, aunque fuera en el último día del mandato de Felipe Calderón, a su presidente espurio y usurpador; parecía de igual modo que existía un revanchismo político entre el PRI y el PAN y por ello este ultimo se asoció con los partidos de izquierda a fin de entorpecer las reformas que tan desesperadamente promovía FECAL, incluso parecía que podría existir una esperanza para los trabajadores de México al pensarse que esa pugna se endurecería e impediría a la larga esa reforma estúpida, tiránica y explotadora que solo beneficiará a las cúpulas empresariales.
Pero en fin, no debió de sorprendernos mucho a quienes bien conocemos la calaña de los panistas al voltear bandera y bajar las manitas ante las huestes peñanieteras, así como en el senado el PAN formó un frente con la izquierda para detener la Reforma, así mismo, se junto con los priístas para mutilar los apartados de democracia sindical y transparencia y decir que siempre si se aprueba.
Yo soy una simple ciudadana, me preocupa mi tierra, mi gente, mi futuro y el de los míos, yo no tengo poder sobre un gremio y tal vez mi voz sea muy pequeña para resonar por cada rincón de este país, tanto como yo quisiera, pero desde mi computadora, me atrevo y quiero hacer valer el derecho de alzar mi voz contra los poderosos y corruptos, por eso denuncio lo siguiente:
Felipe Calderón es encontrado culpable de los cargos de traición a la patria, homicidio sumario, crímenes de lesa humanidad, genocidio, infanticidio, parricidio, matricidio, fratricidio, feminicidio, del mismo modo pese sobre el y sobre toda su parentela la culpa de robo, extorsión, terrorismo de estado, corrupción, peculado, fraude electoral en dos ocasiones, explotador de los pobres, de los ignorantes, de los débiles, tirano, maldito, alcohólico, zopenco, que la justicia le castigue por ser el mayor instigador del encono social en l que vivimos, de fracturar a una nación a base de mentiras, dolo, plomo, droga, sangre, lo culpo por cada una de las muertes violentas que se perpetraron durante estos seis años, lo culpo por las violaciones, los secuestros, los robos, los fraudes, las crisis económicas, por la pobreza, el hambre, el analfabetismo, y la infelicidad de todos los mexicanos. Le denuncio culpable de todas las reformas en detrimento de los mexicanos. Le declaro persona non grata en mi casa, en mi escuela, en mi trabajo, en mi país. Y le exijo con toda la ira de mi corazón que se entregue cuanto antes a los mexicanos para que se le administren las penas correspondientes por cada uno de sus delitos, que no se entregue a las autoridades y al pueblo de México para que ellos determinen la condena que habrña de purgar por sus crímenes perpetrados desde el estado. Lo digo y lo exijo así con la autoridad que él mismo me confirió cuando aquél maldito día que se robó la presidencia y usurpó el cargo prestó un juramento: “protesto guardar y hacer guardar la constitución política de los estados unidos mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de presidente de la república que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la unión, y si así no lo hiciere que la nación me lo demande".
Lo hago así porque no cumplió ni en los más mínimo con las palabras de ese juramento; porque nunca hizo guardar, ni guardó las leyes consagradas en la carta magna, sino que las mutiló del modo más vil y perverso en perjuicio de la nación; porque nunca desempeño patrióticamente el cargo que no le fue conferido por el pueblo, sino que fue robado; porque nunca miro por el bien de la patria cuando implementó sus sangrienta “guerra contra el narco”, ni miró por la prosperidad de México cuando vendió y cedió al extranjero los recursos que sólo pertenecían a los mexicanos… por eso se lo demando, porque soy parte de la nación, porque soy parte del pueblo que no votó por él y que nunca estuvo conforme con las estrategias vende patrias de su mandato.
Del mismo modo inculpo a todos los políticos, senadores, diputados, gobernadores, presidentes municipales, cabildos, alcaldes, ciudadanos comunes, empresarios y todos aquellos que forman parte de la estructura corrupta, neoliberal y sociópata que ha puesto en grave peligro el patrimonio, la seguridad, el bienestar, la vida, y la integridad de los mexicanos. ¡Culpables son y tienen que enfrentar la justicia verdadera y no aquella burocratizada y maniquea!
Y si en verdad el “presidente” Felipe Calderón está tan convencido de que ha dejado tras su mandato, una mejor patria, lo invito a que salga y camine sin guardaespaldas, por los barrios más populares de nuestra nación y segura estoy de que el pueblo le cobraremos las cuentas que tanto nos debe.
Cecila Valdemar.
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