miércoles, 23 de enero de 2013

La cloaca abierta


Cínico: un hombre que sabe el precio de todo y el valor de nada.
Oscar Wilde.

Todos estos días, hemos atestiguado boquiabiertos las desfachatadas y cínicas declaraciones de “autoridades”, “instituciones” y personajes que fueron protagonistas y cómplices del asqueroso fraude electoral del año pasado.

Por esa razón nació este espacio, como parte de la resistencia civil y pacífica que hemos implementado muchos ciudadanos desde diversas trincheras. Movidos ante la frustración, la aplastante cantidad de evidencias, las corruptelas sin límite, y la interminable lista de injusticias y perversidades cometidas no sólo contra el electorado, sino contra el pueblo mexicano en general.

Ahora sólo puedo observar, con profunda impotencia y coraje, la horrenda burla que hacen los poderosos sobre nosotros. El grado de cinismo de estos personajes ha alcanzado los límites de lo inadmisible y defenestrable.

Pero antes de presentarle, mi querido lector, las vergonzantes componendas que ahora asumen el PRI y el PAN como de autoría propia; quiero pedirle que recuerde brevemente las declaraciones hechas tanto por el equipo de campaña de Enrique Peña como por el IFE, el TRIFE y el mismo PAN; si no mal recuerdo, todos y cada uno de ellos juzgaron de paranoicas las evidencias presentadas por diversos personajes, ciudadanos y ONG's para documentar la compra de votos, uso de recursos económicos inexplicables, así como el rebase del tope de los gastos de campaña de Enrique Peña y miles de irregularidades más; en resumen, pruebas que fueron aportadas en tiempo, forma y ante las instituciones y autoridades correspondientes, todo a fin de denunciar un fraude electoral.

Y como estoy seguro de que no estoy recordando nada mal toda esta serie de circunstancias, y si existe alguna duda al respecto, sírvase usted a leer cada una de las entradas de este blog; en las cuales, a través del esfuerzo de todos mis compañeros, hemos dejado constancia fiel y debidamente documentada de lo que sucedió.

Pero para ahorrarle el trabajo a aquellos que no quieren interrumpir la lectura de esta colaboración pero que de igual manera quieren tener la prueba contundente de lo que escribo, me permito adjuntar un artículo en el que el IFE desestimó las pruebas aportadas por López Obrador sobre las artimañas de Enrique Peña y su equipo[i],          incluso el entonces vocero de EPN aseguró con la más hipócrita de las indignaciones que no existió nunca un vínculo con MONEX[ii], que nunca hicieron uso de recursos del crimen organizado para financiar a su candidato; que no eran ciertas las acusaciones por excederse del límite presupuestal en la campaña del PRI-PVEM, que eran infundios, e incluso muchos pseudo periodistas y empresarios declararon inescrupulosamente que Andrés Manuel con sus acusaciones sólo pretendía incitar al odio y al encono social.

Poco a poco las cloacas se fueron abriendo y empezaron a rebosar de suciedad. Primero el mismo PRI admitió que sí había utilizado las tarjetas MONEX para pagar a sus operadores y simpatizantes[iii]; después el Gobierno de los E.E.U.U. determinó que el Banco HSBC, conocido por aportar recursos a la campaña de Peña, estaba terriblemente involucrado con el crimen organizado realizando lavado de dinero proveniente de los cárteles mexicanos de la droga; más tarde el PAN, principal cómplice de la simulación electoral del pasado 2012, aceptó que sus regímenes fueron corruptos y autoritarios: “durante los 12 años que el PAN encabezó la Presidencia de la República no logramos desmantelar el viejo régimen autoritario; en algunos casos, incorporamos las prácticas autoritarias, clientelares y corruptas que criticamos, en nuestros gobiernos y en nuestro partido”[iv], una buena jugada si pensamos en que se intenta a todas luces demostrar que el regreso del PRI al poder es benigno y que la transición es perjudicial.

Sin embargo, la gota que derrama el vaso se ha suscitado tras el anuncio de que el tan infame IFE prepara una multa histórica y tal vez la probable anulación de los registros de los partidos PRI y PVEM, por instrumentar prácticas “tramposas” como utilizar recursos ilegales a través de MONEX, SORIANA y HSBC, coacción del voto, y por rebasar inconmensurablemente los topes financieros impuestos por el instituto electoral con miras a la campaña del año pasado.

Es decir, que el IFE podría aceptar que todas las acusaciones hechas inicialmente en contra de Peña Nieto eran verídicas y válidas; sin embargo, una multa es al parecer de los consejeros electorales, la única sanción pertinente ante tan reprobable conducta; en primer lugar porque Peña ya “asumió” (usurpó) la presidencia y en segundo lugar, tal y como lo afirma Ricardo Alemán del Universal “la sanción será a los partidos, pero no al candidato. Es decir, que Peña Nieto seguirá siendo presidente, aún cuando la elección en la que participó a través de su partido, el PRI, haya sido tramposa”[v] [sic]. Que conveniente ¿no? Ahora resulta que Enrique Peña no es culpable por las cochinadas hechas por su partido.

Insisto, esto es una burla de lo más vulgar. Dialéctica a su máxima potencia. Sin embargo, mi querido lector, más allá de consignar ante usted estas horribles injusticias, le invito a que aprendamos de cada una de estas afrentas que se nos hacen como pueblo y como nación. El IFE, desde ahora, tendrá la consigna de legitimarse como una institución imparcial, autónoma y limpia; harto evidente es que su reputación ha quedado bastante abollada no sólo de lo derivado de las recientes elecciones, sino también por el proceso faccioso acontecido en el 2006.

Queda claro que el PRI no va a querer soltar la presidencia nunca más, y para ello, desde ahora ha puesto en marcha las estrategias que le permitan robarse las elecciones nuevamente en el 2018. Por eso debemos de exigir la derogación y desaparición de este instituto que tanto daño ha causado a los mexicanos; no nos traguemos el cuento de que con este tipo de multas y sanciones, el IFE castiga los abusos e irregularidades de las elecciones, pues de ser así, se hubieran tomado en cuenta cada una de las denuncias vertidas por los ciudadanos incluso desde antes del proceso comicial, y con ello se hubiera declarado como inválida la votación y se hubieran turnado a la PGR los delitos electorales y en consecuencia administrado justicia y castigado a los culpables.

El IFE nació en 1990 ante la exigencia del pueblo mexicano de tener un instituto electoral autónomo, imparcial y verás que vigilara y garantizara que la elección popular fuera respetada por todos los medios. El IFE nunca cumplió con su cometido, ha sido sólo una farsa, una simulación más y se ha convertido con mucha celeridad en una institución infiltrada, corrupta, onerosa y sobre todo inservible.

El futuro nos presenta dos posibles escenarios, el primero es que durante los próximos seis años el IFE ejecute sanciones aparentemente duras e imparciales en contra de todos los partidos, pero principalmente en contra del PRI, esto con el fin de acallar el reclamo del pueblo y de paso, ganarse la “confianza” de los mexicanos para poder administrar a favor de sus intereses gobiernistas las elecciones presidenciales venideras. El segundo escenario es que ante la imposibilidad del IFE de sanear su imagen púbica, desaparezca para darle sitio a un nuevo organismo electoral más “confiable”, más “autónomo” y mas “ciudadano”; así de nuevecito como el “nuevo” PRI, remozado y con carita nueva, pero igual de mañoso y cochinote como antes... o ¿quién sabe? Tal vez más.

Ptolomeo.

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