miércoles, 30 de enero de 2013

Mi casa no es tu casa


Políticamente incorrecto, dirán algunos, es ponerse a comentar lo que nadie señala del caso Florence Cassez, ahora que estamos tan satisfechos con la posibilidad de encausar nuestra xenofobia. Sí, el tema no es si Madmoiselle Cassez es culpable o no, ¿cómo saber si las flamantes autoridades policíacas que tenemos en México hicieron las cosas tan mal que no hubo un juicio válido? Sí, el tema no es si un gobierno extranjero defendió a su ciudadana por motivos políticos o no (es obvio que Holland se beneficia de ello, cubriendo así las barbaridades que está haciendo en Mali). Sí, el tema tampoco es si el gobierno mexicano hace lo mismo que el francés (conocemos la respuesta y es afirmativa. El tema que debe preocuparnos es que en México nos hemos acostumbrado a que las detenciones sean ilegales, a que no se respeten los derechos de la gente; tan acostumbrados estamos que lo que nos molesta ahora es que una extranjera haya podido defenderse (culpable o no) de haber vivido lo que todos los mexicanos (culpables o no) podemos vivir en cualquier momento sin podernos defender.
         Pero mi tema respecto a este asunto es otro: la xenofobia, tan a flor de piel en este pueblo que se jacta de ser amable y cálido con los extranjeros, pero que gusta de los linchamientos, con particular aderezo si el sujeto del escarnio es un extranjero. No, no lo digo porque crea que Florence Cassez es inocente, en realidad tiendo a pensar lo contrario, pero mi opinión no es sino una creencia, no tengo manera de demostrarla. Digo esto, porque es lo que me preocupa, porque es lo que considero que debe preocuparnos. ¿Hay manera de hablar del caso sin sacar a relucir nuestros complejos?, ¿podemos dejar de referirnos a la nacionalidad de Cassez cuando opinamos algo?
Sugiero que la próxima vez que esté tentado a hablar de “la francesa” y adornar sus opiniones con insultos xenofóbicos, puede recordar que hay muchos extranjeros a quienes de nada les ha servido serlo: ahí está, por ejemplo, la ex esposa de Montiel, a quien de nada le ha valido su nacionalidad para recuperar la custodia de sus hijos. Aconsejo también, que nos centremos en lo importante: ¿en qué momento se volvió García Luna digno de su confianza y dejó de ser el tema principal? Si Cassez es culpable o si no lo es, en ambos casos, García Luna y varios funcionarios más, son culpables, ahí no hay duda. ¿Haremos algo al respecto o seguiremos contentándonos con odiar a los franceses para no pensar en lo que es nuestra responsabilidad? Mi casa no es tu casa.
Antídoto Amor.

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