viernes, 1 de febrero de 2013

CASO PEMEX



por era-del-Ser.

No quiero caer en el lugar común de comentar la noticia del momento. Quiero más bien, si me es posible, ayudar a construir la base de una educación que nos permita la comprensión de términos que, a pesar de uso continuo, no siempre son claros ya que es esa opacidad de las palabras las que la mayoría de las veces nos impide apoderarnos del conocimiento y es esa misma oscuridad de los términos la vía de acceso para la mayoría de los abusos y excesos de los que se hace gala en éste mi hermoso país.

Sin embargo, esta vez torceré un poco el camino porque creo que lo sucedido este día jueves tiene una importancia fundamental en el futuro de mi sufrido país y porque pienso que todos debemos de estar atentos a esta cadena de sucesos que parecen desencajados, pero que si observamos con atención muestran una escalada de eventos que tienden a orientar la opinión pública hacia una decisión previamente planeada. A riesgo de cometer un terrible error, soy un mexicano de a pie sin mayores recursos de investigación que aquellos de los que todos podemos disponer: el internet, la radio, la prensa y hasta la televisión (esta última vista con extremo cuidado y en pequeñas dosis), va:

Nuestro país, este México de casi dos millones de kilómetros cuadrados (1’923,040) de superficie, enormemente rico en recursos naturales, con enormes posibilidades turísticas que harían palidecer de envidia a la costa europea del Mediterráneo y a algunas otras sedes turísticas, con bosques, selvas, montañas, con más de nueve mil kilómetros (9,330) de costas (algunas de ellas consideradas entre las mejores del mundo), con enormes recursos pesqueros y con más de tres mil kilómetros de frontera (3,185) con el país más rico del mundo; este México privilegiado funda toda su economía en dos rubros principalmente, a saber: a) las remesas de los connacionales en el extranjero (muchos de ellos indocumentados en los EE.UU.) y b) la exportación de petróleo. ¡Increíble!, cierto, pero esa es nuestra realidad.

A pesar de todo, esa empresa con una enorme importancia económica para los mexicanos llamada PEMEX está, a mi manera de ver, siendo llevada a la quiebra. No vayamos tan lejos: acordémonos de que en septiembre del año pasado vimos horrorizados (por lo menos yo sí) las imágenes la de explosión de unas instalaciones de la paraestatal en Tamaulipas que dejaron veintiséis muertos y el doble de heridos y que muchos aquellos damnificados estaban subcontratados bajo el régimen del outsourcing lo que generó un gran problema a la hora de ayudar a las familias de los muertos y a los lastimados.

Después, a finales del infausto Calderonato, nos dieron la noticia del descubrimiento del “Supremus 1” (¿quién pondrá estos nombrecitos, oiga usted?, parece nombre de luchador del CMLL) un yacimiento petrolero de “enormes dimensiones” y una inversión en la paraestatal acumulada durante el Calderonato de un billón de pesos.

Y hoy, justo en la antesala del inicio de las discusiones de la Reforma Energética, otra explosión, esta vez en uno de los edificios más importantes de la paraestatal: la Torre Pemex en plena capital de la República, que deja veinticinco muertos y más de cien heridos.

A todo esto aunémosle el escándalo provocado por las fotos y los comentarios en las redes sociales de Paulina Romero Deschamps hija de Carlos Romero Deschamps el líder del sindicato de trabajadores de PEMEX y Senador de la República por el partido en el poder. Y, claro, recordemos que uno delos primeros actos del nuevo gobierno fue el intento de rescate económico de la Madre Patria al encargarle la producción de los barcos hotel para la misma paraestatal.

¿Cuál es la intención de toda esta cadena de sucesos?, porque a esta altura del partido no suponer una intencionalidad implícita sería demasiado inocente y hasta peligroso. ¿Nos van a vender la idea de otra empresa inoperante, como la LYFC, a la que hay que sacrificar en aras del bien de la economía del país? No sé, no quiero ni pensarlo, pero es evidente (ya no hay noticias de balaceras o descabezados en los noticieros, lo que no significa que ya no existan; el IFE declara impoluto y casi santo al PRI; el caso MONEX sufrió uno de los finales más característicos de la vieja guardia política mexicana: el “carpetazo”) que el viejo y conocido “Partidazo” ha regresado con todas sus viejas y efectivas mañas.

¿Qué tal durmió FCH? (XXV)

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