Vivimos
tiempos de cambio, tiempos de transformación absoluta, tiempos para cuestionar
nuestras percepciones y conclusiones sobre la vida. ¿Quién hubiera imaginado
que el mundo se vería cómo se ve hoy? Por más que intento asimilarlo, si lo
medito un poco no deja de sorprenderme: Chávez muerto, el Papa renunciado, el
PRI de vuelta, la maestra encarcelada y un sinfín de cosas que hacen que uno no
termine de sorprenderse cuando la sorpresa ya está otra vez a la vuelta de la
esquina.
¿Estamos cambiando nosotros con el mundo? Este blog nació
como respuesta pacífica y de resistencia ante los hechos lamentables del 2 de
julio de 2012: el fraude electoral. Durante los últimos días, en lo personal,
he estado preguntándome hacia dónde va mi colaboración en este espacio, cuál es
el rumbo que debe tomar mi columna en los siguientes meses, en los años que
están por venir. Sin duda, hoy comprendo que más que nunca es momento de seguir
adelante, de seguir cuestionándome. No pretendo guiar la conciencia de nadie ni
decirles que sí y que no está bien, porque simplemente yo misma estoy
cuestionándomelo constantemente. Lo que sí quiero hacer es compartir con
ustedes mis preguntas y, ¿por qué no?, las respuestas que doy a estas.
Creo que es momento de reflexionar, es momento de
observar, de mantenernos alertas. Es momento de tomar los periódicos y
enterarnos de las noticias, es momento de escuchar la radio, leer bitácoras y
columnas, leer lo que la gente piensa. Creo que es momento de darle una
oportunidad a los medios no tradicionales de darnos información y sí, también
es tiempo de seguir preguntándonos qué está pasando.
Por más que lo intento, no puedo confiar en el gobierno
que hoy nos preside. No puedo poner mi esperanza y mi confianza en un gobierno
que perpetúa la impunidad, que trae de nueva cuenta las prácticas más añejas,
caducas y corruptas de la vida política mexicana. No puedo confiar en un
gobierno que promueve patrones y paradigmas absurdos y vacíos: el amor por el
dinero, el gusto por el poder a toda costa, el valor del que más puede antes
que el valor del que mejor lo hace y un largo etcétera.
El gobierno federal se empeña a toda costa en mostrarnos
una cara amistosa y jovial, bonita, de fantasía, como se han empeñado los
viejos poseedores del poder en mantener el statu
quo que los favorece. Sí, no se trata de radicalizarse y ser incapaz de la
autocrítica, pero sí se trata de estar muy alerta y
decidir si queremos dar pasos atrás, si el esfuerzo de quienes nos precedieron
no es válido. Yo creo que es tiempo de luchar, de seguir adelante, de dar lo
mejor de nosotros cada día, de compartir lo que pensamos y de respetar el
derecho del otro a disentir, tratando siempre de dar cuenta de nuestras razones
sin falsas conveniencias. Adelante y muchos años más a Memoria y fraude. ¡Enhorabuena!
Damiana.
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