miércoles, 27 de marzo de 2013

Sobrevivir

Durante los últimos días, cada vez con más énfasis escucho a los medios hablar de un país que desconozco. No sé dónde están todas esas buenas cosas que le están pasando a México y que los medios insisten en promover. Hay muchas otras, sí, pero definitivamente no son las que nos pinta su realidad. En México, cada vez veo más gente preocupada por participar, pero también veo más indiferencia o de plano negación de la realidad en algunos sectores. Sí, todo depende de hacia dónde mire. Lo cierto es que estamos cambiando, en medio de ese letargo político, esa negación sistemática de la realidad y ese insistir en mantener el statu quo, hay conciencias en este país que cada vez abren más puertas a otras para salir adelante. Cada vez veo con más fuerza a los ciudadanos comprometiéndose con su medio, participando en la vida política de su comunidad, empezando por su colonia. Me llama la atención que entre muchos sectores de la población cosas como leer cada vez se ponen más de moda.

Mientras tanto, la presidencia insiste en crear una realidad imaginaria e imponérnosla a todos. Piensa que el cambio que muchas conciencias están llevando a cabo de verdad es su obra y causa. Se equivoca sin embargo, no se ha dado cuenta de que aunque muchos mexicanos aún permanecen en el letargo, muchos otros estamos despertando o anhelamos hacerlo, por lo que, a pesar de la injusticia y la miseria, seguimos trabajando en pro de un país que amamos. No afiliados a una causa, no siguiendo los dictados caducos y retrógradas de una clase política que se piensa dueña de nuestras almas y nuestro trabajo, sino por convicción y amor verdadero hacia los nuestros.

Vivimos en una sociedad enferma, es verdad, pero aún subsiste la esperanza, los lugares donde la honestidad y la valentía son todavía valores dignos de ser adoptados. Los mexicanos de hoy construimos un país diferente, un país que no sigue los dictados de unos cuantos, sino los que cada uno llevamos en el alma y en el corazón. Hoy, a pesar del atropello, de la mentira y del fraude, hay un contagio paulatino entre nosotros, nos hemos contagiado la esperanza y las ganas de luchar, porque entre más negro se ve el panorama, más cosas quedan por hacer.

Así, a pesar de que los medios insistan en contarnos y hacernos vivir en la mentira, cada vez somos más reacios a creernos lo que nos dicen, a tragárnoslo sin masticarlo y sin saborearlo. Poco a poco, esas ansias de salir adelante y crear un nuevo destino se convierten en virus que infecta más y más conciencias. ¡Enhorabuena por ello!

Damiana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario