Para
crear un cambio, una revolución de las ideas que repercuta en el modo de vivir
de las personas, es necesario realizar una búsqueda incesante. Esto concluyo
después de una serie de lecturas y mucha reflexión. La búsqueda debe ir en pos
no sólo de ser mejores personas, sino de ser mejor sociedad, de hallar la unión
y la liberación total de los individuos mediante la utopía, mediante la fuerza de
la justicia. La liberación --quiero decir-- respecto a las decenas de
sometimientos que lo atan cada día a la esclavitud, en detrimento de vivir de
manera plena y de su propia autorrealización.
Un
verdadero revolucionario no es alguien que se afilia permanente y ciegamente a
un partido político, sino una persona que busca la acción, que busca, por sí
solo, el cambio y las medidas que deben tomarse para lograrlo. Es una persona
que combina el aprendizaje y la reflexión teóricos con sus actos cotidianos y
sistematizados; es un ser que, sin ser experto o sentirse “iluminado”, va
encauzando su existencia en el fortalecimiento de su espíritu y su cuerpo para,
de ser necesario, lanzarse a la lucha. Entiendo por «lucha» no sólo una rebelión
armada, sino a la emancipación que puede ir del pensamiento a las armas y de la
casa y la familia a las multitudes; entiendo como «lucha» a la búsqueda misma.
El
intercambio de ideas, el flujo de información de que tanto hemos tratado en
este espacio, no puede lograrse simplemente al interior del mismo círculo de
personas con quienes de entrada se está de acuerdo en todo. Ese círculo se
comportará y pensará como un sistema cerrado y, por lo tanto, cualquier intento
de comunicación estará reducido en el mejor de los casos a un monólogo de
limitados alcances. Es por eso que es necesario salir del sitio de confort;
esto es: no se habla de revolución o estrategias con los mismos de siempre, se
busca otros puntos de vista, se dialoga, se escucha y reflexiona mucho, se
define en comité, en familia, en agrupación, una línea de acción; sin dejar, al
mismo tiempo, de intercambiar ideas con otros grupos u otras ideologías
impresas.
Hay
una gran cantidad de entidades y agrupaciones que, en nuestro México, buscan
incansablemente el cambio que tanto necesitamos; no obstante, yendo en la misma
dirección, se ponen en muchas ocasiones a pelar entre sí; ello provoca la
ruptura y separación a muerte entre los individuos que, persiguiendo el mismo
fin, han elegido caminos e ismos diferentes. La presión del sistema sigue entre
tanto aplastado a las mayorías, dejando a unos pocos el poder total sobre los
recursos y la fuerza de trabajo del resto de los individuos. Es importante en
este tenor comprender que cualquiera que busque la utopía, la mejora en las condiciones
de vida de todos los mexicanos, el reinado de la justicia sobre la opresión, la
igualdad de oportunidades y la realización de cada ser humano, cualquiera que
busque lo mismo que busco yo es un aliado y un amigo, sin importar que aquél
sea anarquista y yo trotskista, que aquél sea católico y yo ateo, que aquél
tenga auto y yo no.
El separatismo es un arma que las clases
opresoras han utilizado siempre para desmovilizar a las masas. El poder de la
sociedad radica en la unión de sus diferentes fuerzas; se lucha codo con codo,
a lado de otros compañeros revolucionarios, pero ante todo se lucha con la
convicción fiera y la firma esperanza de un mundo mejor. Es de vital
importancia comenzar a creer, a preparar nuestras mentes, nuestros cuerpos, nuestros
espíritus, de otra manera la revolución que tanto anhelamos estaría condenada
al fracaso. Se crítica todo lo criticable, sea de derecha o de izquierda, pues
el ser humano tiene su libre albedrío y su capacidad de razonamiento para
discernir lo que está bien de lo que está mal. No hay que ser tan fiel a los
hombres como a las convicciones. No se traicionan los valores propios por seguir
a nadie, Cuando el grupo, el líder, lo han decepcionado, se ha vendido, ha
cedido al interés propio y egoísta en detrimento del bien común y la utopía, el
verdadero revolucionario buscará por otro lado, cambiará de estrategia, habrá
de someterse a la reflexión para comenzar de nuevo pero nunca claudicara, nunca
se venderá, nunca renunciará a su búsqueda.
Des
Consuelo.
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