miércoles, 9 de enero de 2013

Atole con el dedo y de chivo los tamales


Acaba de pasar el Día de Reyes y en México parece augurio de lo que significará el próximo sexenio. Mire usted, si de roscas se trata, acá ya nos andamos haciendo ídem: luego de sacar bajo fianza a los últimos detenidos arbitrariamente durante las legítimas protestas contra lo que a todas luces fue una imposición, la de Enrique Peña Nieto como Presidente, el doctor Mancera, representante de la podrida “izquierda” de este país, asume como corresponde a la nunca mejor llamada “siniestra”, el papel de guardaespaldas del Ejecutivo y nos dice con orgullo que ya tienen “identificados” a los verdaderos “vándalos”. Una preguntita: ¿o sea que asume que los que detuvieron y consignaron, y mantienen fichados, no eran los que “destrozaron” nuestra hermosa ciudad?
         Y como se acostumbra ante las preguntas incómodas en esta nuestra Nación tan surrealista, ¿verdad, Bretón?, ya comenzaron las noticias increíbles, esas que de tan fantasiosas mantienen la atención del público estupefacto; no puede creer que exista guión tan malo y así se “olvida” de lo que realmente importa. Ayer, aunque usted no lo crea, el Gobierno de la Ciudad de México se sacó el muñeco de la rosca y nos andan queriendo adelantar el atole de La Candelaria que, por supuesto, nos darán con el dedo: confirma la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal que una jauría de perros mató a cuatro personas en la Delegación Iztapalapa. Así, en una zona conocida por su peligrosidad por los capitalinos, donde muchas veces antes se han encontrado cuerpos de personas mutiladas, torturadas y violadas, el doctor y sus policías han llegado a la brillante conclusión de que operaba una peligrosa banda de sanguinarios sicarios perrunos de los que, claro está, ya han sido capturados veintiséis de sus integrantes, hoy en la perrera a la espera de la pena de muerte.
         No vaya usted a creer que los cadáveres, uno de ellos con heridas producidas por un objeto punzo-cortante, pudieron ser el resultado de asesinatos hechos por personas y que luego los perros hambrientos hayan mordido. ¡No, señor, si nada más hay que ver la cara de delincuentes que tienen los cánidos detenidos! No sea usted descreído, que los familiares aseguren que sus difuntos fueron ultimados por delincuentes y no por cánidos, no tiene nada que ver, las autoridades tienen peritos expertos que han determinado que uno de los perros iba armando con un puñal. Según las leyes de esta ciudad, donde hace poco se tipificó como delito el maltrato animal, ¡merecen la silla eléctrica estos vándalos! Mientras tanto, nosotros nos quedamos sin los tamales, porque además de necrófila, esta sociedad anda desempleada, a menos que al señor Mancera le dé por hacérnoslos de chivo.
Antídoto Amor.

2 comentarios:

  1. Que chido artículo, yo pienso exáctaente lo mismo. Las autoridades ya no saben ni a quien inculpr por su incompetencia decxomunal,. Felicidades Antidoto

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