Hoy se celebra en nuestro
país el día del niño y de la niña, ¿cuántos de nosotros no refrendaremos no una
sino múltiples veces a los niños que nos rodean que pasen un “feliz día”? Y no
pretendo ser aguafiestas, pero me gustaría preguntarle mi querido lector ¿En
México estamos preparados para celebrar un feliz día de la niñez? Me temo que
la respuesta será un rotundo no.
Una número
importante de los niños mexicanos tiene que afrontar diversas problemáticas que
comprometen o impiden su desarrollo integral, el discurso oficial junto con los
medios tradicionales han instaurado el día del niño y de la niña como una
conmemoración festiva en la que se nos insta a regocijar a nuestros niños con
regalos, fiestas, festivales, convivios, golosinas, juguetes, apapachos y
demás; y que al igual que otras fechas “importantes” de nuestro país, es cosa
de un solo día.
Los
trescientos sesenta y cinco días del año millones de niños, deben olvidarse de
su inocencia y sus ilusiones infantiles para hacerse cargo de sus propias
vidas. El día del niño no debería de ser una fiesta, sino un tremendo
recordatorio de que estamos haciendo las cosas muy mal.
Entre
los problemas más importantes que aquejan a nuestra niñez están el trabajo
infantil, la desnutrición, el maltrato y la violencia, el analfabetismo y el rezago
educativo, el abandono, el bullyng, la esclavitud, la trata, el robo de
infantes, el tráfico de órganos de menores de edad, la pederastia, la
prostitución, el uso de niños para comisión de delitos por parte del crimen
organizado entre otros. Todos y cada uno de los anteriores son problemas muy
tristes y muy graves que deben ser atendidos con toda urgencia si es que en
verdad nos importan nuestros niños.
La
mayoría de nosotros vivimos esa miopía todos los día del año, incluso en días
como hoy, pocos son los que tienen el corazón para salir a las calles y hacer,
aunque sea por un día, un poquito mejor la vida de esos niños sin hogar que no
son de nadie, pero son de todos. ¿Cuántos nos hemos preocupado por salir un día
de estos a darles un “taco” a esas pancitas vacías de alimento y llenas de
angustia y de terror? La verdad, muy pocos, casi nadie. Muchos prefieren
pensar: no es mi problema, que los atiendan sus padres, ¿para qué se salen de
sus casas?, yo cuido a mis hijos.
Pero
vayamos a los números duros; en México hay más de 3.6 millones de niños y de
niñas que deben trabajar para subsistir o para colaborar en el gasto doméstico[i], personalmente creo que
existe un serio subregistro en esta cifra, y son muchos más los niños que
laboran pues no se contempla aquellos que trabajan colaborando con sus padres
ya sea en el negocio familiar, en el taller, en la parcela, en la granja o en
casa de sus propios padres. En fin, retomando la cifra anterior, más del 12% de
la población infantil de México trabaja.
Creo
que muchos admitirán que el trabajo infantil es un problema real, pero
supondrán que es algo que está siendo atendido y que está en vías de
disminución; lamento desmentirlos pues según la Facultad de Economía de la
UNAM, se asegura que en los últimos trece años, la tasa de trabajo infantil se
incrementó en un 12%[ii],
y lo que es peor es que en los últimos tres años dicha tendencia ha arreciado
violentamente.
Otro
fantasma que secuestra el desarrollo infantil es la desnutrición y la obesidad,
podría parecer una tremenda contradicción, sin embargo, ambos padecimientos
responden a una misma causa, la falta de alimentos suficientes y saludables. De
acuerdo con la UNICEF[iii], casi el 15 porciento de
los niños mexicanos padece hambre, por otro lado, México ostenta el primerísimo
lugar en obesidad infantil a nivel mundial. Esto, desafortunadamente nos remite
a la tan infame Cruzada Nacional Contra del Hambre que pretende lucrar con este
problema y dejar jugosas ganancias a empresas como PEPSICO y Nestlé, dos de los
principales responsables de la mala nutrición de los mexicanos; un negocio
redondo.
Otro
gran problema que tiene que padecer la niñez mexicana es el analfabetismo y el
rezago educativo. Curiosamente este problema va muy de la mano con los dos que
hemos mencionado previamente. El mayor impedimento que tienen millones de niños
para acceder a los servicios de educación básica está determinado por la
situación económica familiar, lo que lleva a estos niños a emplearse en un
trabajo casi siempre abusivo y mal remunerado a fin de sustentar ya sea sus
propios gastos o para contribuir con los de su familia; obvio, es mil veces
preferible comer que estudiar y cuando a un pequeño se le impone esta
encrucijada, no tendrá otra opción.
Del
mismo modo, la mala nutrición de los niños siempre degenera en problemas
cognitivos, de aprendizaje y de desarrollo intelectual, un niño mal comido no
tendrá las suficientes energías para prestar atención, en ocasiones, el dolor
de su pancita siempre lo llevará a pensar en otras cosas antes que en los
números y las letras.
Según
otro estudio de la UNAM, en México existen casi 6 millones de hombres y mujeres
analfabetas[iv], todos ellos fueron niños
y niñas alguna vez, y todos se vieron obligados a privilegiar la supervivencia
sobre la educación. El analfabetismo tampoco es un problema que vaya en
decremento, por el contrario, según el mismo estudio del Instituto de
Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) el problema del analfabetismo
es muchísimo más grave hoy que hace diez años. Para complementar el dato, más
de 32 millones de personas en México viven con rezago educativo[v], retraso que arrastran
desde los primeros años de escuela y que sin duda, en la mayoría de los casos
tiene vínculos con el trabajo y la desnutrición infantil.
La pederastia,
la prostitución infantil, la violencia física y psicológica, la esclavitud, el
reclutamiento de niños en las células delictivas, el tráfico de órganos
infantiles, la trata y el abandono son quizá los problemas más terroríficos que
deban enfrentar los niños y las niñas de México; todos ellos, implican un crimen
ejercido con alevosía y perversidad por parte de un adulto en contra de un
menor.
Muchos
no lo saben, muchos otros prefieren no saberlo pero según la Ecpat, México es
el primer productor a nivel mundial de pornografía infantil[vi]; este es el principal
disparador de otros delitos como la prostitución, la trata infantil, la
esclavitud con fines sexuales, y la pederastia; es un tema tan incómodo que no
existe un sondeo real de cuantos pequeños son víctimas de estas prácticas; y es
tanto así que el denunciar este tipo de delitos es altamente peligroso para el
denunciante según lo documenta el artículo que encontrará en este enlace[vii], y esto se debe
probablemente a que de acuerdo con lo denunciado por la directora de la Coalición
Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas, Teresa Ulloa, militares,
policías y turistas son los 'principales consumidores' de prostitución infantil[viii], misma que es generadora de la pederastia, delito en el
que hasta la misma iglesia católica se ha visto seriamente implicada.
Del
mismo modo la violencia física y psicológica en contra de los niños en México es
un problema que la misma UNICEF ha catalogado como uno de los más graves del
mundo[ix]. El abandono infantil, no
sólo material, sino económico, emocional, moral y/o afectivo es una realidad a
la que se enfrenta una gran mayoría de los niños de nuestro país.
No
basta no dejar a nuestros hijos en la calle para ser buen padre; hay que
proporcionarles todo lo necesario para su desarrollo integral; un padre que se
molesta constantemente porque su hijo le requiere múltiples necesidades tanto
económicas, de tiempo, emocionales y psicológicas está ejerciendo un acto de
violencia real en contra de su hijo; un padre que no respalda y proporciona lo
necesario en todos los ámbitos a sus pequeños, les está abandonando y está
promoviendo que su desarrollo como individuos se vea comprometido.
Hay
padres que “satisfacen” todas las necesidades materiales de sus hijos pero les
abandonan afectiva y emocionalmente; hay padres que le dan a sus hijos lo que
mínimamente requieren no sin antes hacerlos sentir miserables por hacerlo, obligándolos
eventualmente a no externar más sus necesidades; y hay quienes echan de la casa
a sus hijos para que se valgan por sí mismos o para que sostengan a sus mismos
padres. Y todas y cada una de las anteriores son formas de violencia infantil
muy graves.
Los
niños al igual que nosotros no pedimos venir al mundo; sin embargo, en pleno
siglo XXI con una gama extensísima de anticonceptivos casi infalibles al
alcance de nuestras manos, tener un hijo no deseado, es una torpeza ineludible,
cuya culpa recae únicamente en los padres y no en los hijos y por ende no son
los niños quienes deben pagar estos errores.
En
fin, ojalá que este pequeño trabajo, nos sirva a todos para reflexionar un poco
al respecto. Anhelo mucho el día en el que de verdad podamos celebrar un treinta
de abril plenamente feliz, sin hipocresías, y sin remordimientos. Ojalá y hoy
sea un feliz día, para todos los niños y niñas que están sufriendo.
Ptolomeo
[i] http://www.unicef.org/mexico/spanish/proteccion_6928.htm
[ii] http://www.informador.com.mx/economia/2012/382351/6/el-trabajo-infantil-en-mexico-crecio-12-unam.htm
[iii] http://www.unicef.org/mexico/spanish/17047.htm
[iv] http://www.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/4b24a298a1edb8957300232dce12bba9
[v] http://www.cnnexpansion.com/mi-carrera/2013/04/03/abatir-rezago-educativo-reto-de-mexico
[vi] http://www.noticiasnet.mx/portal/principal/mexico-primer-lugar-pornografia-infantil-ecpat
[vii] http://www.parametria.com.mx/DetalleEstudio.php?E=4496
[viii]
http://www.jornada.unam.mx/2006/04/21/index.php?section=politica&article=007n1pol
[ix] http://www.salud180.com/maternidad-e-infancia/altos-niveles-de-maltrato-infantil-en-mexico
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