jueves, 19 de julio de 2012

Acerca del miedo


Realmente nos importa lo que se dice de nosotros. Los mexicanos solemos reírnos de la desgracia del otro, “mientras no nos pase a nosotros”. Una persona cae, y en seguido varios espectadores no dudarán en reír, incluso reír a la espalda del otro. El miedo paraliza. Y he de decir que, personalmente, sí, tengo harto miedo de equivocarme. No debería ser así.

El mexicano tiene miedo a la burla del otro. El mexicano es orgulloso. Tratamos de ir a lo seguro.

Hace poco me ofrecieron escribir en este blog, al principio me pareció una idea agradable compartir información para abrir perspectivas; además, en estos tiempos, el país lo que más necesita es precisamente eso. El blog me parece, más que una idea útil, una acción.  Y es eso lo que distingue a esta nueva generación de mexicanos.

Más fácil decirlo que hacerlo. En un primer momento decidí sentarme a escribir algo. Sin embargo no pude escribir nada. Falsos comienzos nada más. No fue sino hasta hace poco que estuve hablando con Adolfo Matías, director de la compañía Teatro en la Piel, que pude tener una inspiración mayor para poder escribir esto que están leyendo. Y sí, al principio parecerán algunos, párrafos de comienzos falsos, pero les aseguro que todo está conectado.

Platicando con el director Adolfo Matías, empezamos a tocar varios puntos acerca del movimiento #YoSoy132. Para empezar, platicábamos que ese movimiento es el símbolo de cómo una nueva generación emerge. Cómo estos estudiantes (ahora cada vez gente más diversa), alzaron la voz y señalaron una de las raíces de un gran problema en México: Televisa y; no sólo eso. Esta generación precisamente deja de compartir la postura pesimista de la Generación X, entiende la posibilidad de cambiar su entorno por medio de las acciones, siguen alzando la voz, incluso después de toda esta campaña de desprestigio, a pesar de que ahora, cada vez que hay tráfico, se piensa que hay marcha del 132.

También hablamos de que hay cierto resentimiento al “intelectual.” “Uno de los problemas que tiene el mexicano es su baja autoestima,”  me decía Adolfo. Y creo que eso da más caña para hablar en algún otro artículo. Una de nuestras tesis es que muchos mexicanos votaron por el presidente que no lee porque se identificaban con esa imagen.

Platicamos del programa Shalala, en una entrevista donde confronta Sabina Berman a un grupo pequeño del Movimiento Yo soy 132 con otro grupo de chavos Priístas. Notamos cómo Berman mantiene una actitud muy crítica  ante los chicos del movimiento y justamente sucede este choque generacional. Mientras que la actitud de los del 132 es desenfadada, mirando a todos a su mismo nivel, Berman se siente con el poder de burlarse de los chicos, hasta que llega un punto donde le dice a uno, “¿Quieres que te llame Maestro?”, como en actitud de preguntar: ¿Tú quién eres para hablar de política?

En esta primera instancia, creo que uno de los más grandes problemas que suceden en el país es la despolitización del individuo; es decir, casi nadie toca el punto; pero todo el mundo tiene derecho y la obligación de empezar a hablar de política. Si no lo hacemos dejamos que nos gobiernen sin saber qué se hace con nuestros recursos, cerramos los ojos a todo lo que ocurre. Ése es el parte aguas generacional, no darle la espalda a los problemas y no cruzar los brazos.

Todos tenemos el derecho y obligación de tocar estos temas, y no sólo de tocar, sino de tomar una postura. Nos dediquemos a lo que nos dediquemos, tenemos que formar una postura, porque nos atañe a todos. Y daré mi propio ejemplo. Yo me dedico a hacer teatro, soy director de una compañía de teatro que lleva 8 años trabajando y no estudié formalmente teatro, estudié titulándome con posgrado en Ciencias de la Comunicación. Y hace poco, por mi trayectoria y la estructuración de teorías, me invitaron a dar una ponencia acerca de Teatro Contemporáneo. ¿Quién soy yo para hablar de Teatro? Un generador de teatro que poco a poco ha ido generando una poética de teatro. Si no empezamos a hablar de política, no podremos ir generando un pensamiento político.

Y entonces, el miedo: si no hablamos de política los mexicanos es porque tenemos miedo: a decir burradas, a que se burlen de uno, a ser señalado. Si no nos animamos a hablar de política es por miedo. Por no sentirnos “expertos,” pero precisamente, como ejercicio, habrá que empezar a hablar de política. Porque también podemos ir moldeando nuestras posturas mediante las caídas. Y si me equivoco, estaré muy abierto a los comentarios, porque precisamente algo que me ha enseñado el teatro es que siempre habrá comentarios.

También, de experiencia personal, a los que exploran caminos alternativos, no se les conceden muchos errores. Trato de salirme de este “teatro institucionalizado” y, al hacer esto, socialmente, no puedo cometer muchos errores; porque si los cometo la crítica me deshace. Así es con la política, a quien camina por otros caminos, no se le concede cometer errores y será señalado. Por eso tenemos miedo. Pero yo llevo 8 años tratando de hacerlo, así que, a caminar.

El tema del miedo fue lo que hizo fondo en mí para ponerme a escribir. Dejar de tener miedo para empezar a hablar de política, utilizar esta oportunidad para escribir en el blog, para meter la pata y enderezar y así ir endureciendo el tronco político.

Dejar de tener miedo, y empezar a expresar, al fin, siempre puedo aprender, cada vez más. Y si esto hace eco en otras personas, entonces tendrá una razón secundaria de ser. Porque en fin, siempre he querido conciliar, encontrar cómplices, para que podamos tener miedo, hombro con hombro.Yo no soy nadie para hablar de política, y eso, no tiene nada de malo.

Asdrúbal

4 comentarios:

  1. hablar con miedo representa entablar diálogos inútiles, comparto la postura de levantare al caer pero no es valido vivir siempre con miedo, la ignorancia es lo que mueve masas, la información mueve masas concientes, escasas pero poco a poco se unen los que ven la verdad ante lo ven, escuchan y conocen. México siempre ha tenido el pedo de la corrupción pero Esta llegando El tiempo de la verdad, y si se necesita guía emprendamos el camino con el peje o quien se ponga la camisa.
    Ni un paso atrás.
    Las instituciones demuestran su falsedad y miseria. Rodaran cabezas y roguemos que solo sean de políticos corruptos

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    1. No comparto la visión de hablar con miedo representa entablar diálogos inútiles. Jutso creo que el punto del artículo es expresar que aún con miedo hay que hacerlo. Hablar, para que algún día ya no se tema a eso. Yo tengo miedo, y mucha gente también, pero no por eso se le habla a la pared. Hay que abrir conciencias. Y si no abrimos la nuestra, eso sí es hablar con oidos necios.

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  2. Yo pienso que es válido tener miedo, siempre y cuando nos sobrepongamos a él y continuemos la marcha a pesa suyo. El principal líder a quien debemos seguir, debe ser la propia consciencia y, sobre todo, la información.

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    1. Justo ese es punto del texto. Dejar de tener miedo, empezar a levantar la voz, porque sólo así se ejercita le nervio social.

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