viernes, 20 de julio de 2012

La vigencia del pensamiento paziano

         
Por era-del-Ser

[…] el carácter de los mexicanos es un producto de las circunstancias sociales imperantes en nuestro país; la historia de México, que es la historia de esas circunstancias, contiene la respuesta a todas las preguntas. La situación del pueblo durante el periodo colonial sería así la raíz de nuestra actitud cerrada e inestable. Nuestra historia como nación independiente contribuiría también a perpetuar y a hacer más neta esta psicología servil, puesto que no hemos logrado suprimir la miseria popular ni las exasperantes diferencias sociales, a pesar del siglo y medio de luchas y experiencias constitucionales. El empleo de la violencia como recurso dialéctico, los abusos de autoridad de los poderosos —vicio que no ha desaparecido todavía— y finalmente el escepticismo y la resignación del pueblo, hoy más visibles que nunca debido a las sucesivas desilusiones posrevolucionarias, completarían esta explicación histórica.
Este párrafo, qué alienta un aire tan actual y vigente ajustándose perfectamente a las circunstancias político-sociales del México "moderno" y que pudiera servir como un esbozo explicativo para tratar de dar una aventurada explicación al fenómeno del voto popular a favor de un partido tan retrogrado como el PRI y su candidato/actor de telenovela, fue escrito por Octavio Paz hace ya más de 50 años como parte de su libro El laberinto de la soledad.
            En un país en donde casi la mitad de su población continua viviendo en la pobreza y en donde la educación es un lujo (y, muchas veces, un lujo inútil, improductivo y hasta inconveniente y peligroso), el PRI ha hecho una apología a la ignorancia, presentando un candidato que evidencia su falta de educación y que, en vez de afectarle a su carrera política hacia la Presidencia de la República, se convierte en una ventaja que lo acerca al pueblo, quien termina eligiéndolo su representante.
            Eventos como lo ocurrido en la FIL de Guadalajara en donde muestra a las claras su falta de educación, sus discursos y entrevistas en un pésimo inglés que lo hacen aparecer como un político torpe y que reconozca no saber la causa de la muerte de su anterior esposa, hechos que en otros países serían la tumba política de un candidato, en México, sorprendentemente, logran que EPN gane las elecciones presidenciales apoyado en un guion de telenovela barata como María la del barrio, en donde el muchacho inculto e iletrado (aquí no funciona lo de pobre y desamparado) logra, a pesar de todos los obstáculos, realizar su sueño dorado: casarse con la chica guapa y llegar a la Presidencia de la República. El pueblo, encantado por esa pareja tan cercana a sus héroes telenoveleros, vende su voto y su futuro por "cuentas de vidrio", mientras que nuestros políticos cobran onerosas tajadas presupuestales por administrar la pobreza de sus representados. Así, después de más de doscientos años de la Independencia y más de cien de la Revolución, el pueblo mexicano sigue permitiendo la explotación de sus recursos por "Los Poderosos" a cambio de una pésima televisión cuyo objetivo es, paradójicamente, someterlo cada vez más y distraerlo de lo que realmente es importante para mejorar sus propias condiciones de vida.
            EPN ha demostrado, fehacientemente, que en nuestro país no es necesaria la cultura ni la educación ni la honradez ni el respeto ni el honor ni el amor a la Patria para llegar a ser un buen servidor público (…perdón, me ganó la risa por lo de "servidor público") y que el dicho popular, forjado a fuego en los gobiernos priistas: "el que no tranza, no avanza", sigue tan vigente como en los mejores años del régimen político que Mario Vargas Llosa denominó alguna vez como "la dictadura perfecta".
            En el colmo del cinismo, EPN presume (o amenaza) que no le preocupa, en lo más mínimo, ser llamado "espurio", al igual que, como es conocido, nuestro actual presidente; esto significa que no le preocupa en lo más mínimo la legalidad de su gobierno instaurando; una de las mayores aportaciones panistas a nuestra imberbe democracia, la máxima calderoniana: "haiga sido como haiga sido".
            Recuerdo haber visto hace tiempo una entrevista hecha a Jorge Castañeda Gutman en donde, al referirse de la realidad política del México actual, el excanciller mexicano opinaba que, según su apreciación, PRI es México; de esta manera, es la propia sociedad mexicana la originadora de un gobierno con sus mismas características: corrupta, violenta, servil, ignorante y cínica. ¿Tuvo razón este personaje? Por favor que alguien me diga que esto ya no es cierto ni posible.
            Por lo pronto hoy iniciaré con la tradición sana y cívica de aquel hijo dilecto del Papaloapan (sólo actualizando el personaje):
            ¿Que tal durmió EPN? (I).



Paz Losano, Octavio. El laberinto de la soledad. Postdata. Vuelta a El laberinto de la soledad. México: FCE, 1999. pp. 78,79.



1 comentario:

  1. Es muy doloroso que las personas, -muchas de ellas cercanas a mí-, apoyen inconscientemente un sistema que sólo gobierna con base en la impunidad y, en efecto, a la máxima de “el que no tranza no avanza”, por algo Vasconcelos decía que lo que México necesitaba era leer. La ignorancia y marginalidad te llevan a cometer actos en contra de ti mismo y en bien de la clase opresora, parece que hemos desarrollado una especie de síndrome de Estocolmo, pues el pueblo se enamoró de sus agresores. Desafortunadamente esa ignorancia no es privativa de la gente que no fue a la escuela, pues yo conozco muchas personas que, con títulos de ingenieros, no tienen idea de muchas cosas que ocurren a su alrededor, y eso es porque si bien se han especializado en cierta área, no saben leer los discursos y sienten, debido a los programas de estudio, apatía por lo demás; cosa que obedece al mismo fin de mantenernos sumisos e indiferentes a los temas políticos. Habrá que educarnos como pueblo, no sólo por ir a la escuela sino como forma de vida.

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