viernes, 3 de agosto de 2012

El avión, el avión….


Por era-del-Ser

Siempre me ha llamado la atención el hecho de que países como Alemania, Corea y Japón, que fueron devastados por sendas guerras a mediados del siglo XX, hayan podido crear estructuras sociales contundentes que les han permitido remontar su condición de países derrotados y destruidos hasta llegar a ser sociedades florecientes con economías que permiten a sus ciudadanos un desarrollo sostenible y que son reconocidos a nivel internacional. ¿Cuál es el espíritu que anima a esos países? ¿Qué es esa mágica diferencia que hace que algunos países modifiquen sus estructuras sociales a esquemas que logran revertir daños profundos y dolorosos?
            En contraste, nuestro país, con más de doscientos años de independencia de la Corona Española, no ha logrado superar sus ancestrales atavismos; continuamos viviendo en una sociedad con características semejantes a las que tenía la sociedad de la época colonial perpetuando vicios sociales que impiden el desarrollo de un país tan grandioso como él nuestro. En México, las limitaciones inherentes a las clases sociales no han podido ser resueltas y seguimos manteniendo una estructura social basada en clases sociales parentéticas; coexistiendo como si perteneciéramos a diferentes Méxicos o, incluso, como si estuviéramos en diferentes momentos históricos. Da la impresión de que es sólo una porción de la sociedad mexicana la que vive en un México moderno y el “otro México” existe paralelamente al moderno pero sin vincularse con él. De esta suerte, ambos Méxicos coexisten independientemente sin poder insertarse en una única realidad nacional. Así, los pobres se vuelven cada vez más pobres, los ricos son cada vez ricos y es la clase media la que debe mantener con sus impuestos a toda la estructura social del país.
            Un claro ejemplo de lo anteriormente señalado lo encontramos en el reciente anuncio de la adquisición de un nuevo Avión Presidencial que tendrá un costo aproximado de DIEZ MIL MILLONES DE PESOS ($10’000’000), esto sucede mientras la mayoría de la población mexicana vive con un salario mínimo de SESENTA PESOS DIARIOS ($60). Esto significa que un ciudadano promedio que gane seis salarios mínimos promedio y que, por tanto, tiene un salario mensual de diez mil ochocientos pesos ($10,800.00) tendría que trabajar VEINTISIETE MILLONES SETECIENTOS SETENTA Y SIETE MIL SETECIENTOS SETENTA Y SIETE DÍAS (27’777,777) para poder cubrir, con su salario diario, el nuevo gasto que nos ha heredado el Gobierno de Felipe Calderón. Convertido en años, dicho trabajador, tendría que trabajar SETENTA Y SEIS MIL CIENTO TRES AÑOS (76,103) que sería el equivalente a MIL CATORCE VIDAS (1,014), considerando que la esperanza de vida en México es de setenta y cinco años. Ya ni le cuento, apreciable lector, que el costo de este regalito de Felipe Calderón a Enrique Peña Nieto sería equivalente a OCHOCIENTOS TREINTA Y TRES MILLONES TRECIENTOS TREINTA Y TRES MIL TRECIENTOS TREINTA Y TRES (833’333,333) kilos de tortilla, a QUINIENTOS MILLONES (500’000,000) de kilos de huevo y a SETECIENTOS SESENTA Y NUEVE MILLONES DOSCIENTOS TREINTA MIL SETECIENTOS SESENTA Y NUEVE (769’230,769) litros de leche. Pero el verdadero problema está en que “el regalito” no lo va a pagar Calderón, sino los ciudadanos mexicanos de a pie; nosotros, los que nos paramos cada día a perseguir la chuleta diaria. Sí, usted y yo.
            Perdóneme usted, amable y paciente lector, por tal granizada numérica, pero la intención de este ejercicio calculatorio es demostrar dos cosas que, después de semejante disertación, me parece, han quedado evidentes: Primero, a las clases sociales privilegiadas del país no les interesa mostrar empatía por sus compatriotas menos afortunados y, en evidente desprecio a la situación de los pobres del país hacen gastos ostentosos e innecesarios, demostrando con ello el desprecio que sienten por las clases bajas y la indiferencia a cambiar esta estructura social (recordemos aquel tweet de la hija de Enrique Peña Nieto en donde llama “proles” a los ciudadanos que estamos fuera de su clase social, una demostración fehaciente del tipo de sentimientos que despertamos los mexicanos comunes de a pie en las clases privilegiadas de nuestro país). Segundo, el enorme distanciamiento existente entre los ricos y el resto de los ciudadanos en este México mío que no logra dejar atrás el retraso social simplemente porque a las clases privilegiadas no les interesa ni conviene mejorar estas perniciosas condiciones sociales y, por tanto, procuraran mantenerlas hasta que el pueblo no aguante más y estalle en una revuelta.
            Que conste que yo no estoy en desacuerdo de cambiar el avión en donde viajan esos magníficos mandatarios que tenemos, seguro que ninguno de nosotros quiere que sufran algún percance que los dañe y que terminen en algún hospital del IMSS o del ISSSTE. Su seguridad debe de ser para nosotros, seguro, lo más importante. Digo yo, si hay que cambiar el avión presidencial, pues que se haga. Sólo que, adquirir un avión de tal costo, se me hace una cruel burla a un pueblo con CINCUENTA Y DOS MILLONES DE POBRES (52’000,000) de los cuales ONCE MILLONES (11’000,000) viven en pobreza alimentaria, lo que significa que no tienen ni para comer.
            Volviendo a donde empezamos, Alemania, Corea del Sur y Japón supieron remontar las terribles condiciones en que se encontraban a mediados del siglo pasado y lograron convertirse en potencias mundiales en muy poco tiempo, mientras que México ha permanecido en un rezago social que a nadie conviene, (en serio, ni a los poderosos, nomas que no quieren darse cuenta) y para ejemplo basta un botón; aprovechando la efervescencia olímpica que nos invade, comparemos: mientras Japón tiene 14 medallas (1 de oro), Alemania 12 medallas (3 de oro) y Corea del Sur 10 medallas (5 de oro), México únicamente ha logrado 2 medallas (0 de oro). Este hecho, que pudiera parecer tan banal, es un irrefutable indicador de que la política social mexicana no está dando resultados positivos.
            ¿Qué tal durmió EPN? (III)

1 comentario:

  1. Son tan necesarias estas finas personas que en fecto sería una catástrofe que llegaran a sufrir algún percance por la falta de este avión. No vaya a ser que México prospere si les pasara algo. Son unos cínicos!!!

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