viernes, 30 de noviembre de 2012

Haiga sido…


   
       
por era-del-Ser.

Por fin la pesadilla llega a su término, hoy, viernes 30 de noviembre de 2012, se termina oficialmente el Sexenio del Horror. Con él terminan también doce años que comenzaron como un fabuloso sueño de democracia vuelta realidad. Hace doce años, al cabo de siete décadas de gobiernos priistas, los mexicanos veíamos jubilosos y esperanzados el final del largo Prianato y, con el PRI fuera de Los Pinos, la posibilidad de superar retrasos ancestrales y llevar al país por un camino de equidad y modernidad era, finalmente, posible. ¿Quién, en su sano juicio, podría suponer aquel brillante 1 de diciembre de 2000 que llegaríamos al 30 de noviembre de 2012 con el alma en un hilo, un país bañado en sangre y con un PRI rampante nuevamente instalado en Los Pinos? Pero así fue, ni Vicente Fox ni Felipe Calderón supieron aprovechar la oportunidad histórica que la ciudadanía les ofreció. A ninguno de los dos les importó desmantelar el aparto gubernamental montado por décadas de gobiernos priistas, a ninguno de los dos les importó mejorar las condiciones de la ciudadanía y ser los líderes que encabezaran el cambio en este país.

         El primero, jugando a ser Presidente pero sin querer asumir su responsabilidad histórica, ocupado en mostrar su amor de telenovela (en donde él era el Ceniciento) al país entero, llegaría a noviembre de 2006 tras una retahíla de fracasos y una presidencia que le falló a los ciudadanos que vieron en su gobierno la oportunidad para lograr un cambio verdadero. Al final declararía como colofón a su mandato: ''Ya hoy hablo libre; ya digo cualquier tontería, ya no importa. Ya. Total, yo ya me voy''. El segundo comenzaría su gobierno desde la ilegalidad y, al igual que su antecesor, sintetizaría su gobierno en una sola frase: “Haiga sido como haiga sido”. Así, nosotros los ciudadanos mexicanos, vimos diluirse las esperanzas de superar por fin el infame epíteto de “país en desarrollo”.

         Hoy, mientras Felipe Calderón gastaba los últimos días del Calderonato en promover una imagen insostenible de su gobierno fallido atosigándonos con spots en los diferentes medios de comunicación que presumen los “logros” de su mandato y su “gobierno valiente”, inaugurando obras aunque éstas estén inconclusas o, ya de plano, cantando “El perro negro” de José Alfredo Jiménez en su natal Michoacán en pleno acto público, un creciente número de mexicanos vemos un futuro cada vez más negro, un futuro que comenzó este lunes 26 de noviembre con la instalación de barreras y vigilancia policial y militar bloqueando el paso libre de los ciudadanos y violando, sin ningún respeto, el derecho constitucional al libre tránsito; que afecta a vecinos, trabajadores, turistas, hoteles, restaurantes y todo aquello que ha quedado aislado del resto de nuestra “ciudad de vanguardia”. Un futuro que comienza con una ostentosa y ofensiva prepotencia. Un futuro que se inicia en el distanciamiento del Poder con la Ciudadanía, del Gobierno con su País. Hay, aún ahora, muchas voces que reclaman los derechos ciudadanos y ejercer el derecho a la información y nos preguntamos ¿sobrevivirán al cambio de poderes? ¿Los seguiremos viendo, oyendo, leyendo en los próximos meses? ¿En su propio país o desde el exilio?

         Al final de 12 años de gobierno panista, ya no importa que logros verídicos o inventados se presuman, todos ellos quedan sepultados bajo la monstruosa pila que forman los 203,690 (doscientos tres mil seiscientos noventa) cadáveres producto de los homicidios dolosos y culposos del Calderonato (ver: http://www.zetatijuana.com/ZETA/reportajez/el-presidente-de-las-83-mil-ejecuciones/) y tras la oscura cortina de dolor de muchos miles más de deudos que jamás volverán a ver a sus seres queridos asesinados. “Haiga sido, como haiga sido”.

¿Qué tal durmió FCH? (XVI)




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