jueves, 27 de diciembre de 2012

A medias


La tarde de ayer 26 de diciembre, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal avaló la Reforma al Artículo 362 del Código Penal que rige en la materia a la Ciudad de México. Es una buena noticia: con dichos cambios los catorce detenidos durante las manifestaciones del primero de diciembre que aún están presos podrán salir bajo fianza. Es una buena noticia, sí, pero a medias porque no olvidamos que ellos fueron detenidos arbitrariamente y consignados a prisa, sin pruebas; trece varones al Reclusorio Norte y una chica a Santa Martha.
         Es una buena noticia porque dejarán de estar presos injustamente, pero a medias porque para sus familias no ha de ser sencillo juntar el dinero para pagar una fianza que pone precio a la libertad de quienes, no se nos olvida, no tenían por qué estar presos. Es una buena noticia porque podremos dormir todos más tranquilos sin pensar en que ellos, nuestros catorce que hacían falta, están en cárceles en donde no estaban seguros, donde podían ser torturados, golpeados, extorsionados cada día. Pero es una buena noticia a medias, insisto, porque liberarlos bajo fianza sienta un mal precedente: si protestas, probablemente no termines el resto de tu vida en la cárcel, pero tendrá un castigo; no importa que no haya pruebas contundentes, la presunción de inocencia se la pasan por el arco del Monumento a la Revolución que en México de Triunfo poco tiene.
         Que para los “ataques a la paz pública” se hayan reducido las sanciones (que iban de cinco a treinta años de cárcel sin derecho a fianza y que quedaron en un lapso de dos a siete años de prisión, lo que posibilita la asignación de una fianza) es una buena noticia, pero a medias porque el Artículo (aprobado en su momento por el Pleno sin discusión alguna de por medio) no fue derogado y en la Capital del país la protesta sigue estando criminalizada. Parece mentira que en Guadalajara, de gobierno panista (la ultraderecha de este país) hayan sido puestos en libertad todos los detenidos en la noche del mismo día y que en el Distrito Federal, donde “nos las damos” de “progres” y liberales, tengamos un gobierno de “izquierda” (perredista) que incluye en el Código Penal un “delito” fabricado para reprimir protestas, esta vez, vea usted qué paradójico, en contra de la imposición de un gobierno Federal priista.
         No hay duda, es una buena noticia que los catorce sean liberados; haremos fiesta, lo amerita, estaremos más contentos que en Noche Buena porque nosotros cenamos preocupados por ellos. Pero, reitero, es una buena noticia sólo a medias, porque el señor Mancera, por quienes muchos de nosotros votamos (incluidos sino todos, algunos de los que metieron presos), nos salió más papista que el Papá y, por lo visto, ha estado dispuesto a asumir los costos de lo que originalmente era un protesta legítima en contra de Enrique Peña Nieto. Es una buena noticia, al fin y al cabo, porque ahora sabemos que no tenemos en este gobierno del Distrito Federal a un aliado, porque ahora entendemos que cuando salgamos a protestar tendremos que hacerlo también contra ellos. Y es que hay una mala noticia para el señor Mancera: no dejaremos de protestar, no dejaremos de manifestarnos; no, porque es incluso constitucionalmente un derecho, y porque nosotros sí entendemos que la paz no existe sin justicia y la justicia no existe sin dignidad.
         ¡Entérese, señor Mancera!, no volveremos a votar por ninguno de ustedes. Cierto, lo más probable es que la próximas elecciones en la Ciudad de México termine quedando un gobierno priista (y nada nos sorprenderá ver “triunfar” como Presidente al señor Ebard); para nosotros será una buena noticia, aunque a medias, porque tendremos muy claro que en este país hay una sola opción política partidista: (perdón que lo diga así), la misma mierda. La paz que usted procura, no es del mismo tipo que la paz que nosotros buscamos: lo de usted es “mano firme” (concepto tan panista, por cierto), “tranquilidad” a fuerza de ignorar la injusticia y la desigualdad social, al fin policía; lo nuestro es otra cosa, algo que difícilmente usted entendería porque la dignidad no se compra ni se vende, mucho menos por tan poco como un puesto político. Habremos de trabajar para pagar las fianzas que nos impongan y es que ¿sabe qué?, para la gente como nosotros el dinero no es tan importante como para usted.
Antídoto Amor.

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