Se los llevaron sin preguntar, sin estar plenamente seguros de quienes eran, de porque estaban en las inmediaciones, a los granaderos les valió un pepino asegurarse de si aquellos ciudadanos y ciudadanas que golpeaban, arrestaban, y humillaban eran los verdaderos responsables de la violencia acontecida no sólo en la Ciudad de México el sábado pasado, sino en todo el país, en estados asociados históricamente al priismo, o al panismo; y en todos lados fue más o menos lo mismo, detenciones arbitrarias, violencia policial, abusos hasta sexuales. ¡Horrible en verdad!
Es muy sencillo no pensar, es bien fácil tragarse enterito el cuento que nos pasan por la televisión, que nos ponen en el periódico, es más cómodo no hacer nada, y es más, es terriblemente penoso que además de nuestra pereza nos supongamos indignados por acontecimientos como a aquellos.
Sólo quiero que se de cuenta de unas cuantas cosas muy sencillas. ¿No indignamos por los destrozos al hemiciclo a Juárez? Y dígame, ¿Alguna vez nos hemos acercado a él a mirarlo con detenimiento? ¿Alguna vez se ha puesto a investigar tantito para saber lo que significa? ¿Sabe realmente quien fue Juárez? ¿Lo que hizo? ¿Contra qué peleó?
Estoy seguro de que si Juárez tuviera noticia de lo que pasó a su monumento no se hubiera indignado por las pintas, estaría indignado con la porquería de gobierno que tenemos, por el vandalismo de estado. No estaría sentado criticando a los que protestan. Si Juárez estuviera vivo seguramente estaría preso junto a nuestros chavos.
Estaría exigiendo que soltaran a todos los manifestantes, al bolero que agarraron los policías porque fue a recoger su cajón de grasa lanzado contra la policía por unos provocadores, que pusieran en libertad a aquella mujer que acompañó a sus hijos para asegurarse que no les pasara nada y que está presa y sin su medicamento para la hipertensión; que suelten a los peatones que se detuvieron a auxiliar a los heridos por los granaderos; que dejen salir a los comerciantes que defendieron a los muchachos cuando eran golpeados salvajemente por la policía; diría el asco que le da la policía cuando manosean a una joven tras su detención.
En un video hecho por estudiantes de la Ibero podemos ver la vena pacífica del movimiento, se ven las maniobras de los grupos de choque detrás del cerco de San Lázaro, se ven las pruebas del abuso policial, de la violencia que vino de parte de la autoridad, datos que certificó la Comisión de Derechos Humanos Del Distrito Federal añadiendo preocupantemente la tortura, detenciones pos facto, abuso sexual y muchas infamias más.
No te equivoques México, la patria no es el Hemiciclo, ni el Palacio de Bellas Artes, ni los vidrios rotos; la patria es todo eso que nos quitan todos los días, eso es lo que debe de causarnos verdadera indignación. Aquellos son monumentos son símbolos, nada más.
¿Que vas a hacer mexicano cuando no tengas casa, ni alimento, ni salud, ni futuro? ¿De qué nos va a servir entonces el más impecable monumento si a la patria a la que representa, ya no existe más? La patria es muchísimo más que un montón de hermosas piedras.
Ptolomeo.
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