por
era-del-Ser.
México, el “país perpetuo”. México, el país en donde los
cambios, anunciados una y otra vez, jamás llegan y si se llegan a lograr son
los parientes pobres de los cambios verdaderos, cambios disminuidos, cambios
retrasados, inoportunos, inapropiados; minicambios. Seudocambios que no
satisfacen a nadie. Seudocambios que no solucionan nada.
Hace pocas semanas, cuando,
sorprendidos y eufóricos, veíamos a la sempiterna lideresa del sindicato
magisterial caer del trono del poder, después de años y años de cargarle la
culpa de todos los males de la pésima condición de la educación en nuestro
país, ahora que su singular figura ya no se encuentra en la palestra no sabemos
adónde voltear ¿Dónde ha quedado ahora el villano? ¿A quién le endilgaremos
ahora la culpa?
En México rendimos pleitesía
al statu quo, a la inamovilidad, a lo
estático. Nos asustan los cambios, nos desconciertan las posibilidades no
contempladas que puedan redundar en consecuencias inesperadas. Así,
permanecemos anclados a “lo seguro”, lo conocido, lo que ha existido siempre
(incluso antes de que naciéramos). Esperamos siempre un cambio, porque
alcanzamos a percibir que nuestra situación puede ser mejorada, pero ansiamos
que tal cambio no sea tan radical, que en realidad nada cambie demasiado. Y así,
la sociedad mexicana avanza a tumbos hacia un destino incierto. Nuestros
medio-cambios nos van hundiendo cada vez más en una situación desesperada: cada
vez más pobres, cada vez más ignorantes, cada vez más expuestos a la violencia,
cada vez más dependientes de productos que vienen del extranjero y que
terminamos pagando a precio de oro, pero sobre todo cada vez más inconformes y
cada vez más frustrados.
Todos estamos conscientes de
la necesidad de cambios radicales que modifiquen el rumbo de nuestro país.
Todos queremos vivir en un país diferente, más seguro, con más oportunidades.
Todos coincidimos que la educación en México es un problema grave. Todos
vivimos con la sensación de que el camino que hemos tomado no es el correcto
pero cuando hay un cambio propuesto se levantan miles de voces que discuten,
denuestan, increpan, violentan y obstaculizan cualquier solución. Nadie está
dispuesto a perder ni un palmo de terreno. Nadie está dispuesto a ceder. El statu quo, entonces, vuelve a imponer su
reinado y las cosas vuelven a su cauce regular. El objetivo se ha alcanzado: EL
CAMBIO NO SUCEDIÓ.
¿Qué
tal durmió FCH?
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