Creo
que para que una sociedad funcione necesitamos reconocernos a nosotros mismos en
los otros, sólo así (en mi opinión) tiene sentido la vida. Recientemente tuve
el placer de leer un poema que trata de este asunto y quiero compartirlo con
ustedes, a continuación lo transcribo.
Funes
Ángela Figuera Aymerich
SI
NO HAS MUERTO UN INSTANTE
“Todas las mañanas al alba
mi corazón es fusilado en Grecia”
Nazim
Hikmet
Si no has de permitir
que tu corazón tierno
trabaje un cupo
diario de horas extraordinarias
para sentirse
fusilado en Grecia.
Si tu pálida frente
no llega a golpearse
contra el hierro o la
roca
de una cárcel
distante mil o dos mil kilómetros.
Si no has caído nunca
con la nuca partida
por la más inocente
de las balas que
silban en un rincón de Asia.
Si tus ojos no crecen
hacia los cuatro
puntos cardinales
para buscar la veta
del horror escondido
y aumentar los
niveles represados del llanto.
Si no dejas a veces
que tu estómago aúlle
porque a orillas del
Ganges no hay arroz para todos.
Si nunca se te
quiebran los huesos de fatiga
bajo el peso que
abruma las espaldas de otro hombre.
Si no has mirado nunca
tus manos desolladas
cuando un minero
acaba su jornada en el pozo.
Si no has agonizado
cualquier noche sin luna
en la sala de un
blanco pabellón de incurables.
Si no has visto que
un día se pudre en tu regazo
el cadáver de un niño
con sus dientes primeros.
Si no has muerto tú
mismo una vez tan siquiera,
solamente un
instante, porque sí, porque nada,
porque todo, por eso,
porque el hombre se muere,
entonces, amiguito,
no sigas adelante.
Y muérete enseguida.
Pero en serio. Del todo.
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