martes, 16 de abril de 2013

Inamovilidad



por era-del-Ser.

México, el “país perpetuo”. México, el país en donde los cambios, anunciados una y otra vez, jamás llegan y si se llegan a lograr son los parientes pobres de los cambios verdaderos, cambios disminuidos, cambios retrasados, inoportunos, inapropiados; minicambios. Seudocambios que no satisfacen a nadie. Seudocambios que no solucionan nada.

Hace pocas semanas, cuando, sorprendidos y eufóricos, veíamos a la sempiterna lideresa del sindicato magisterial caer del trono del poder, después de años y años de cargarle la culpa de todos los males de la pésima condición de la educación en nuestro país, ahora que su singular figura ya no se encuentra en la palestra no sabemos adónde voltear ¿Dónde ha quedado ahora el villano? ¿A quién le endilgaremos ahora la culpa?

En México rendimos pleitesía al statu quo, a la inamovilidad, a lo estático. Nos asustan los cambios, nos desconciertan las posibilidades no contempladas que puedan redundar en consecuencias inesperadas. Así, permanecemos anclados a “lo seguro”, lo conocido, lo que ha existido siempre (incluso antes de que naciéramos). Esperamos siempre un cambio, porque alcanzamos a percibir que nuestra situación puede ser mejorada, pero ansiamos que tal cambio no sea tan radical, que en realidad nada cambie demasiado. Y así, la sociedad mexicana avanza a tumbos hacia un destino incierto. Nuestros medio-cambios nos van hundiendo cada vez más en una situación desesperada: cada vez más pobres, cada vez más ignorantes, cada vez más expuestos a la violencia, cada vez más dependientes de productos que vienen del extranjero y que terminamos pagando a precio de oro, pero sobre todo cada vez más inconformes y cada vez más frustrados.

Todos estamos conscientes de la necesidad de cambios radicales que modifiquen el rumbo de nuestro país. Todos queremos vivir en un país diferente, más seguro, con más oportunidades. Todos coincidimos que la educación en México es un problema grave. Todos vivimos con la sensación de que el camino que hemos tomado no es el correcto pero cuando hay un cambio propuesto se levantan miles de voces que discuten, denuestan, increpan, violentan y obstaculizan cualquier solución. Nadie está dispuesto a perder ni un palmo de terreno. Nadie está dispuesto a ceder. El statu quo, entonces, vuelve a imponer su reinado y las cosas vuelven a su cauce regular. El objetivo se ha alcanzado: EL CAMBIO NO SUCEDIÓ.

¿Qué tal durmió FCH?

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